Miles de asistentes celebran la cultura pop entre disfraces, artistas de renombre, artículos exclusivos y mucho entusiasmo ‘nerd’.
Capa, antifaz y mucha pasión por los cómics. Así se vive una nueva edición de la Comic Con de Nueva York, donde superhéroes y villanos de todos los universos han tomado el centro de convenciones para rendir tributo a la cultura pop, informó la agencia EFE.
El evento, que se extenderá hasta este domingo, reúne a miles de fanáticos en busca de autógrafos, ilustraciones exclusivas, paneles con actores y, por supuesto, del tradicional concurso de cosplay.
Entre los asistentes destaca Lindle Key, quien participa por décima vez. Este año llegó disfrazada de Jester Lavorre, personaje del universo de Critical Role, pero no todos son neoyorquinos. El británico Tom Jarvis viajó desde el Reino Unido para su segunda Comic Con consecutiva, luciendo un traje de Flash del videojuego Injustice.
Gracias a su impresora 3D fabricó partes de la armadura, aunque reconoce que el viaje sigue siendo una inversión importante.
Por su parte, el joven Matthew Magalio, de Connecticut, improvisó su disfraz de Inquisidor Sith, un personaje original del universo Star Wars, para reducir costos. Con un presupuesto de unos $300, entre transporte, entrada y maquillaje, logró participar un día en la convención que, admite, incita a gastar aún más. “Desde figuras coleccionables hasta retratos con actores, todo está diseñado para el fan”, comenta.
La fiebre por las ediciones exclusivas no se queda atrás. El stand de Comic Mint volvió a atraer multitudes desde antes de la apertura, con una fila de horas para conseguir portadas alternativas de títulos como Pop Kill. Las piezas, algunas creadas por el reconocido artista Will Jack, alcanzan precios de hasta $175.
Ajedrez, juegos de rol, videojuegos, cómics, tatuajes, comida temática (como hot dogs servidos por Deadpool) y encuentros con estrellas como Brendan Fraser, hacen de esta convención un punto de encuentro esencial para la comunidad geek.
Más que un evento, la Comic Con se ha convertido en una celebración de la creatividad, la nostalgia y la identidad compartida de millones de fans alrededor del mundo.