La expresidenta critica el liderazgo actual del partido y llama a una renovación urgente antes de las elecciones internas del 23 de noviembre
La expresidenta, Mireya Moscoso, lanzó fuertes críticas sobre el estado actual del Partido Panameñista, al que calificó como paralizado y sumido en una de sus etapas más difíciles desde su fundación, informó el diario La Estrella.
Moscoso atribuyó la crisis a la falta de liderazgo y a la gestión fallida del actual presidente del partido, José Blandón. “El señor Blandón fue candidato presidencial y perdió; luego aspiró a la Vicepresidencia y apenas obtuvo un 6%. Ha sido un fracaso”, sentenció Moscoso, asegurando que las bases del partido han perdido el ánimo porque no ven futuro bajo esa dirección.
La exmandataria, urgió a rescatar los principios fundacionales del panameñismo y a renovar su dirigencia con figuras comprometidas. “Tenemos que buscar a esos buenos panameñistas que en realidad amen al partido y que quieran un verdadero cambio”, enfatizó.

El 23 de noviembre del 2025, el partido celebrará una convención extraordinaria para elegir a una nueva junta directiva, proceso que Moscoso considera determinante para el futuro del colectivo, las expectativas son altas luego de dos derrotas electorales consecutivas (2019 y 2024), que dejaron al partido con una representación reducida y desconectado de la ciudadanía.
Los principales aspirantes a dirigir el panameñismo son Carlos Raúl Piad, un dirigente histórico crítico de la actual dirección, y Jorge Herrera, actual presidente de la Asamblea Nacional.
Piad plantea una reestructuración profunda del partido, con énfasis en la autonomía de su directiva, la formación política y ética de sus miembros y la prohibición de que los directivos se postulen a cargos de elección popular mientras estén en funciones.

En contraste, Herrera promueve un discurso de unidad y de acercamiento a las bases, proponiendo reformas estatutarias y una gira nacional por todos los circuitos del país.
La crisis del panameñismo refleja una desconexión prolongada con su militancia y con el debate nacional, según coinciden sus principales figuras, y para Moscoso y otros dirigentes, la convención extraordinaria representa una última oportunidad para revitalizar al partido y prepararlo para ser una opción real en las presidenciales del 2029.
