Investigadores confirman que alternar entre comida sana y ultraprocesada daña el equilibrio de la microbiota intestinal
Un nuevo estudio de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL), en Suiza, confirma lo que muchas campañas de salud han promovido por años, una dieta saludable solo tiene efectos positivos si se mantiene de forma regular. Comer frutas, verduras y alimentos ricos en fibra solo aporta beneficios reales a la salud intestinal cuando se consumen de manera constante, no esporádica, informó la agencia EFE.
Según los investigadores, alternar entre comida saludable y comida ultraprocesada o alta en azúcares y sal puede desestabilizar la microbiota intestinal -el conjunto de microorganismos que habita en nuestro sistema digestivo- y anular muchos de los beneficios esperados de una alimentación sana.
“El consumo irregular de comida saludable, de hecho, anula muchos de sus beneficios en la microbiota intestinal”, explicó Marcel Salathé, jefe del Laboratorio Digital de Epidemiología de la EPFL.

El estudio, publicado en la revista Nature Communications, se realizó con la colaboración de la Universidad de California en San Diego y analizó los hábitos alimenticios de 1,000 personas utilizando inteligencia artificial.
Los participantes compartieron fotos de sus comidas y escanearon códigos de barras de productos, lo que permitió a los investigadores medir con precisión la frecuencia y calidad de su alimentación.
El análisis reveló que la regularidad en el consumo de alimentos saludables es igual o incluso más importante que la cantidad, este hallazgo aporta una base científica concreta a ideas que ya circulaban en campañas de salud pública, como la recomendación de comer cinco porciones de frutas y verduras al día.

“Esto es un verdadero incentivo para que los estudios futuros analicen no solo lo que la gente come, sino también los patrones de lo que comen a lo largo del tiempo”, añadió Salathé.
El estudio también identificó una relación directa entre la dieta y la composición de la microbiota intestinal, y según los científicos, es posible predecir con un 85% de precisión qué tipo de dieta sigue una persona solo analizando su microbiota, y viceversa.
Este descubrimiento abre la puerta a nuevas formas de diagnóstico y personalización de planes alimenticios, con base en la salud intestinal de cada individuo.
