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Inversión urgente en redes eléctricas: el eslabón débil de la transición energética

Inversión urgente en redes eléctricas: el eslabón débil de la transición energética

Un nuevo reporte de BCG alerta que la expansión de las energías renovables avanza más rápido que la capacidad de las redes eléctricas

Un reciente informe de Boston Consulting Group (BCG) advierte sobre un desajuste crítico en la transición energética: Mientras los proyectos de generación renovable se multiplican, las redes eléctricas no crecen al mismo ritmo.

Esa desconexión está generando graves tranques en las colas de conexión, impulsados por estudios secuenciales ineficientes, solicitudes especulativas y demoras en la construcción de infraestructura.

El estudio identifica dos grandes cuellos de botella: Por un lado, los procesos de estudio de conexión, marcados por una lógica de “first come, first served” que prioriza el orden de llegada sin considerar la viabilidad de los proyectos; por otro, la entrega física de las conexiones, frenada por problemas de permisos, escasez de recursos técnicos y cadenas de suministro presionadas.

 

 

“El sistema eléctrico debe evolucionar con rapidez para manejar los retos de la transición energética. No se trata solo de aumentar la capacidad de generación, sino también de modernizar la infraestructura de transmisión”, señala Xavier Genis, Director y Socio de BCG.

La consultora propone una serie de palancas para operadores de red y reguladores, priorizadas según su complejidad, viabilidad regulatoria y beneficio social.
Entre ellas destacan herramientas comerciales como contratos escalonados con acceso “use-it-or-lose-it”, señales de localización y esquemas de inversión anticipada; así como soluciones de infraestructura que optimicen los activos existentes y aceleren el despliegue de nueva capacidad.

Experiencias internacionales muestran que medidas como el dynamic line rating o el rediseño de flujos pueden liberar hasta un 45% de capacidad sin necesidad de tender nuevos cables, además, mejoras en permisos, diseño y abastecimiento podrían reducir entre un 20% y un 50% los plazos de obra.

La urgencia es clara, sin una modernización y expansión ágil de las redes, la electrificación del transporte, la digitalización económica y la adopción de tecnologías limpias podrían verse comprometidas, afectando tanto la competitividad industrial como la sostenibilidad del sistema energético.

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