El presidente estadunidense culpa a las restricciones chinas sobre tierras raras por la escalada arancelaria
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reconoció que los aranceles del 157% que ha amenazado imponer sobre las importaciones chinas no son sostenibles a largo plazo, aunque justificó la medida como una respuesta necesaria a las nuevas restricciones de Pekín sobre la exportación de tierras raras, materiales críticos para la industria tecnológica y de defensa, informó la agencia EFE.
“No es sostenible, pero ese es el número”, afirmó el mandatario republicano en un adelanto de una conversación que será transmitida en su totalidad hoy. “Me obligaron a hacerlo. Creo que nos irá bien con China, pero tiene que ser un trato justo”.
La semana pasada, Trump anunció que incrementaría masivamente los gravámenes que ya pesan sobre productos chinos, lo que elevaría los aranceles desde el 145% actual hasta un 157%, el nivel más alto desde el inicio de la guerra comercial entre ambas potencias.

La escalada de Trump llegó poco después de que China confirmara que, a partir de noviembre, establecerá controles estrictos a la exportación de tierras raras y exigirá licencias especiales para productos que contengan estos materiales estratégicos, utilizados ampliamente en sectores como la energía, la tecnología de punta y el sector militar.
“Siempre he tenido una excelente relación con Xi, pero siempre buscan una ventaja. Estafaron a nuestro país durante años”, señaló Trump.
A pesar de las tensiones, Trump confirmó que la reunión con el presidente chino Xi Jinping sigue en pie. El encuentro está previsto para finales de octubre en Corea del Sur, en el marco de la cumbre de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
Ambos mandatarios sostuvieron una llamada telefónica el pasado 18 de septiembre, en la que aprobaron un acuerdo preliminar que permitirá a la red social TikTok seguir operando en Estados Unidos, uno de los temas más polémicos entre las dos potencias.
No obstante, Trump advirtió que la cumbre podría no tener grandes resultados si no hay voluntad de avanzar. “Veremos qué pasa con China”, dijo, sin descartar nuevos movimientos en su política comercial.
Estas medidas marcan el mayor desencuentro entre Washington y Pekín desde que se firmara una tregua arancelaria en la primera mitad del año.
