“Compartimos una misión difícil: Desarmar a Hamás y reconstruir Gaza”, asegura el vicepresidente
El jefe del régimen israelí, Benjamín Netanyahu, afirmó este miércoles en Jerusalén que “Israel no es un protectorado estadunidense” y que el Estado hebreo “tendrá la última palabra en todo lo relacionado con su seguridad”, durante una reunión con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, informó el diario La Razón.
El encuentro, celebrado en la Oficina del Primer Ministro, forma parte de la visita oficial de dos días de Vance a Israel, su primera desde que asumió el cargo, con el objetivo de supervisar la implementación del alto el fuego en Gaza firmado el pasado 10 de octubre entre Israel y Hamás.
Netanyahu recalcó que, aunque la cooperación entre ambos países es “estrecha y vital”, Israel mantiene su soberanía en las decisiones estratégicas.

“Tenemos una alianza extraordinaria que ha demostrado su fortaleza durante el último año”, dijo. “Pero permítanme ser claro: Israel no es un protectorado estadunidense. Israel tomará sus propias decisiones en materia de seguridad nacional”.
Vance respondió que Estados Unidos no pretende imponer su autoridad sobre Israel: “No queremos un protectorado”, afirmó. “Queremos a Israel como un aliado fuerte. Compartimos una misión difícil: Desarmar a Hamás y reconstruir Gaza”.
El intercambio se produjo en un clima de aparente cordialidad, aunque dejó entrever matices sobre el futuro papel estadunidense en Medio Oriente.
Vance sostuvo que la expansión de los Acuerdos de Abraham -la red de pactos de normalización entre Israel y países árabes- podría ser la clave para “una estabilidad duradera en la región”. “Queremos una relación basada en la alianza, no en la dependencia”, añadió el vicepresidente.
La visita de Vance ocurre en un momento delicado para el alto al fuego entre Israel y Hamás, después de que el domingo se registraran nuevos enfrentamientos en el sur de la Franja. Pese a ello, el vicepresidente estadounidense dijo sentirse “muy optimista” sobre la posibilidad de consolidar la tregua, aunque reconoció que “queda mucho trabajo por hacer y llevará muchísimo tiempo”.
