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"Trump no tiene ninguna intención de invadir. Es todo una operación psicológica": Elliott Abrams

"Trump no tiene ninguna intención de invadir. Es todo una operación psicológica": Elliott Abrams
Elliott Abrams.

Diplomático curtido bajo diferentes presidentes, Abrams asumió el encargo de contribuir a la campaña para la caída del gobierno chavista de Venezuela, que finalmente no se produjo

Entre 2019 y 2021, Elliott Abrams fue una de las caras más visibles del primer intento de Donald Trump de sacar al dictador Nicolás Maduro del poder en Venezuela.

Ahora que Trump parece volver a la carga contra Maduro, con una nueva campaña de presión que esta vez incluye ataques contra embarcaciones supuestamente cargadas de droga y un despliegue militar masivo cerca de Venezuela, Abrams conversó con la cadena británica BBC Mundo sobre las intenciones y la estrategia del presidente estadounidense. Y hasta dónde puede llegar.

¿Qué impresión sacó de sus contactos con el gobierno venezolano durante su época como enviado especial del presidente Trump?

Casi no tuvimos contacto con el régimen venezolano, salvo por motivos consulares mientras tuvimos una embajada allí.

Yo tuve una reunión con el ministro de Exteriores venezolano hacia febrero o marzo del 2019 en la ONU. Hablamos del restablecimiento de la democracia.

Dijimos que Estados Unidos ya no veía a Maduro como un gobernante legítimo y que las sanciones solo iban a empeorar, así que lo instamos a que les dijera a Maduro y a otros en el régimen que llegaran a algún tipo de acuerdo con Estados Unidos y las otras democracias opuestas al régimen.

Foto de archivo del psidente de Estados Unidos Donald Trump. EFE//JIM LO SCALZO

¿Qué dijo él?

Que no, no hubo ningún acuerdo en absoluto.

Parece que ahora podríamos estar ante un nuevo intento de sacar a Nicolás Maduro del poder con una estrategia diferente. ¿Cree que Trump está más cerca de lograrlo en esta nueva presidencia?

Eso espero. Y hay un par de razones para ser un poco más optimista.

En primer lugar está la situación política en Venezuela. Ahora hay un presidente electo en Venezuela. Edmundo González ganó la elección y casi todas las democracias están de acuerdo en eso, en que ganó por un margen significativo y por eso debería ser el nuevo presidente de Venezuela.

No contábamos con eso la otra vez y creo que eso marca la diferencia. En segundo lugar, el presidente Trump está presionando más. Entonces tuvimos sanciones, pero no tuvimos la campaña de presión, con un gran poderío militar incluido, que estamos viendo actualmente.

En realidad, mucha gente está de acuerdo en que Maduro no es un gobernante legítimo, pero hace tiempo que esto parece más una cuestión de poder que de legitimidad. En su época, Estados Unidos no aplicó la fuerza necesaria para derribar a Maduro. ¿Cree que esta vez si lo harán?

Fotografía del líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia. EFE.

Edmundo González fue elegido presidente y eso es importante porque, si nos hacemos la pregunta de qué pasaría si Maduro se va, la respuesta ahora es clara: La persona elegida debe asumir el cargo.

Sobre su pregunta, le diré que el presidente Trump está aplicando más presión ahora. Esa flotilla en el Caribe no es lo suficientemente grande como para invadir Venezuela, y no creo que Trump tenga ninguna intención de hacer eso, pero es mucho más grande de lo que se necesita para dispararle a pequeñas lanchas rápidas fuera del agua.

Así que lo veo como una especie de presión sobre el régimen, y creo que el siguiente paso será probablemente algún ataque dentro de Venezuela.

Tenemos también el anuncio de posibles acciones encubiertas de la CIA cuando ese es un programa secreto. Todo eso es una especie de operación psicológica cuyo propósito es decirles a las personas alrededor de Maduro, a los militares y a los civiles en el régimen: “Él tiene que irse, pero ustedes no tienen que irse; hagan algo, sálvense”.

Pero ya vimos algo de eso en su época. No vimos el uso de la fuerza letal, pero sí mucha presión sobre la cúpula venezolana, con llamadas directas a dirigentes como el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, para que dieran la espalda a Maduro. ¿Por qué cree que la fuerza letal cambiará el resultado esta vez?

Ahora la presión está comenzando de nuevo y muchos en el régimen están pensando: “Si los gringos se quieren deshacer de Maduro, lo harán; ¿y qué pasa conmigo?”. Hay gente dentro del régimen que está hablando con la oposición y quiere saber dónde termina todo esto.

Se preguntan cuál será el impacto entre los militares si hay ataques dentro de Venezuela. He oído rumores de que gente dentro del régimen está pensando en ofrecer a Maduro y se habla de que la vicepresidenta Delcy Rodríguez podría asumir el poder.

No puedo confirmar esos rumores y tal vez no se vaya ahora, pero una vez se empieza a pensar de esa manera podemos estar ante un proceso que conduzca a su partida.

Foto de archivo de la vicepresidenta ejecutiva de Venezuela, Delcy Rodríguez. EFE/ Ronald Pena R

¿Aceptaría la oposición una Venezuela regida por Delcy Rodríguez?

No. Ese es un régimen ilegítimo y el pueblo venezolano ha votado por Edmundo González. Un compromiso en el que ella se queda, pero Maduro se va; o Maduro se queda pero promete marcharse dentro de un año, sería inaceptable para la oposición venezolana y para Trump.

Asumiendo que esa política se mantenga, porque esta segunda presidencia de Trump comenzó con la visita de su enviado, Richard Grenell, a Maduro en su palacio en Caracas, lo que fue interpretado como un inusual reconocimiento de Estados Unidos. Y luego pasamos abruptamente a esta nueva postura más hostil y amenazante, con ataques cerca de Venezuela y un despliegue militar en la zona que no se había visto en años. ¿Qué le parece ese cambio tan radical en tan poco tiempo?

Yo diría que hubo una lucha dentro del régimen entre lo que podíamos llamar la facción de Florida, que cuenta con el secretario de Estado, Marco Rubio; la jefa de gabinete de la Casa Blanca, Susie Wiles; y congresistas de ese estado; y la facción de Grenell.

Hubo altibajos y momentos en que parecía en que Grenell iba a ser clave en la política sobre Venezuela y fue a visitar a Maduro. La política no estaba clara.

Las sanciones estaban en vigor, luego se redujeron, luego se volvieron a endurecer. Ahora está claro.

Fotografía de archivo de Richard Grenell, enviado especial del presidente de EE.UU., Donald Trump. EFE/Valdrin Xhemaj

A Grenell le han dicho que se mantenga al margen. Rubio y el grupo de Florida están al cargo, y es difícil para el presidente Trump cambiar de opinión ahora. Podría, por supuesto, pero le supondría una gran pérdida de prestigio. Se ha comprometido mucho y la retórica ha sido muy dura.

La duplicación de la recompensa por Maduro, el anuncio de un programa de la CIA para Venezuela, y, sobre todo, el envío de militares y de bombarderos B-52. Creo que es muy difícil para el presidente ya levantarse una mañana y decir, “bueno, pensé que eso funcionaría para diciembre y no funcionó, así que al diablo con eso”.

Podría esperar a qué suceda y ver hasta dónde está dispuesto a llegar Estados Unidos. Si al final no está decidido a llegar tan lejos como sea necesario para derrocarlo, Maduro podría mantenerse en el poder. Ya lo hizo cuando usted era el enviado especial a Venezuela. Si los ataques a objetivos que Washington vincula al narcotráfico no bastan para derribar al gobierno, ¿qué vendría después?

Creo que el gobierno de Trump piensa que a medida que se avanza por ese camino, en algún momento habrá un levantamiento de la población como otros que hemos visto en Venezuela. Hay cientos de militares en prisión porque el régimen pensó que eran desleales y podría haber acciones de disidencia.

Si eso no sucede, Trump se enfrenta a otra decisión: si quiere un ataque a los líderes del régimen, algo similar a lo que se hizo con Qasem Soleimani (comandante de la Guardia Revolucionaria iraní muerto en un ataque ordenado por Trump en enero de 2020). Es una decisión grave, pero es ciertamente una opción.

¿Cree que Trump iría tan lejos?

No lo sé. Pero altos dirigentes del régimen han dejado de viajar a la Isla Margarita porque allí podrían caer al alcance del ejército estadunidense.

Al presentar esto como una operación antinarcóticos, ¿no está fabricando Estados Unidos un casus belli contra Maduro como hicieron con las armas de destrucción masiva en Irak?

Nadie duda de que hay narcotráfico desde y a través de Venezuela. Es cierto que llega más del Pacífico y que mucha coca proviene de Colombia, pero hay mucho tráfico de personas, de oro y drogas desde la parte occidental de Venezuela.

¿Hasta dónde llegará el presidente para acabar con todo esto? Lo vamos a averiguar muy pronto. No puede dejar esa flotilla ahí para siempre, así que tiene algunas decisiones que tomar antes de final de año.

Imaginemos que esta estrategia da finalmente el resultado de sacar a Nicolás Maduro del poder. ¿No podría eso incluso empeorar las cosas? Venezuela seguirá necesitando una masiva reconstrucción económica, una reconciliación.

En el plano político, todas las transiciones de la dictadura a la democracia han implicado algún tipo de amnistía y creo que en Venezuela también habría una.

Si se eliminan todas las sanciones, Venezuela podría empezar a producir y vender un millón y medio de barriles de petróleo al día. Podría haber inversión de extranjera de nuevo. Entonces la situación comenzaría a cambiar.

Y si el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial ayudaran, la economía no cambiaría de la noche a la mañana, pero podría iniciar una recuperación constante.

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