El uso de estas herramientas creció del 11% al 43% en cinco años y se consolida como la puerta de entrada al sistema financiero formal
Millones de habitantes de América Latina han encontrado en las billeteras digitales una vía para incorporarse al sistema financiero, un espacio del que estuvieron históricamente excluidos, informó la agencia EFE.
Este cambio, según expertos, puede ser el trampolín para reducir la informalidad y facilitar el acceso a créditos, ahorros y otros servicios financieros que promuevan la movilidad económica.
“Para muchos latinoamericanos es la primera puerta de ingreso al sistema financiero, y además una puerta muy sencilla y barata”, explicó Enrique Pasquel, gerente de Asuntos Corporativos de Credicorp, el mayor grupo financiero del Perú, tras la publicación del quinto Índice de Inclusión Financiera (IFF).
El estudio, que desde el 2021 mide el nivel de penetración financiera en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, México, Panamá y Perú, muestra un salto significativo: el porcentaje de población que usa billeteras digitales aumentó del 11% al 43% en cinco años.

Este avance impulsó el índice regional de inclusión financiera hasta 48.5 puntos en el 2025, frente a los 38.4 del 2021.
Argentina encabeza la adopción de billeteras digitales, con un 77% de usuarios, seguida de Colombia (73%), Panamá (69%) y Perú (65%), en contraste, en México sigue predominando el uso del efectivo y en Chile la tarjeta de débito continúa siendo el medio más utilizado.
En el caso peruano, la interoperabilidad entre las dos billeteras digitales más populares del país ha sido clave para su rápida expansión. “No competimos con otras billeteras, sino contra el efectivo. Bienvenida la interoperabilidad para que el país use cada vez menos ‘cash’ y más mecanismos formales”, subraya Pasquel.
El ejecutivo de Credicorp sostiene que las billeteras digitales son el primer paso hacia una inclusión financiera más profunda. “Con una billetera digital puedes vender más productos, reducir riesgos y, eventualmente, convertirte en sujeto de crédito. Y el crédito marca la diferencia: permite emprender, comprar una casa o pagar estudios”, afirmó.
No obstante, el IFF también revela que las mujeres, las poblaciones rurales y las personas mayores siguen siendo los grupos con menor acceso al sistema financiero. La falta de confianza y de conocimiento son los principales obstáculos.
Pasquel enfatiza que la educación financiera es la herramienta clave para cerrar esa brecha. “Si bien la desconfianza ha disminuido, la única forma de superarla es educando. Cualquier persona informada sabe que es más seguro guardar el dinero en un banco que debajo del colchón”, señaló.
El representante de Credicorp concluye que la tendencia de crecimiento continuará en los próximos años y que la entidad planea complementar el índice con nuevos estudios para ayudar a gobiernos e instituciones privadas a diseñar políticas que fortalezcan la inclusión.
“Mientras más avancemos en educar financieramente a las personas, más crecerá la inclusión financiera y, con ella, el desarrollo de nuestros países”, sostiene Pasquel.
