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Programa Mundial de Alimentos insta a no olvidar a Haití, que vive una crisis crónica

Programa Mundial de Alimentos insta a no olvidar a Haití, que vive una crisis crónica
La directora regional para América Latina y el Caribe del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Lola Castro, fue captada este miércoles, 12 de noviembre, durante una entrevista con EFE, en Belém (Brasil). EFE/Andre Borges

La violencia, la inflación y los desastres climáticos agravan una emergencia que amenaza con desbordar al país más vulnerable del Caribe

Haití atraviesa una de las crisis alimentarias más graves del hemisferio occidental, con 5.9 millones de personas en inseguridad alimentaria, alertó la directora regional para América Latina y el Caribe del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Lola Castro, durante la cumbre climática COP30, celebrada en la ciudad amazónica de Belém, informó la agencia EFE.

“En Haití, los choques se acumulan, conflicto, huracanes y altos precios de los alimentos. Hoy tenemos a más de la mitad del país necesitado de asistencia”, afirmó Castro.

La funcionaria calificó la situación como una crisis crónica, resultado de la combinación entre la violencia de las bandas armadas, la inflación -que supera el 34% en alimentos- y los efectos cada vez más severos del cambio climático.

El reciente paso del huracán Melissa, uno de los más destructivos en la historia del Caribe, obligó al PMA a ampliar su asistencia a 300,000 personas adicionales, sumándose a los millones que ya dependen de ayuda humanitaria.

Personas desplazadas, recibiendo comida en un refugio en Puerto Principe (Haití).. EFE/ María Gallar /Programa Mundial de Alimentos

“Las bandas impiden que las personas cultiven. Hemos perdido zonas productivas como Artibonito, donde ya no se produce arroz”, señaló Castro.

Gracias a la asistencia del PMA, los casos más graves de hambre se redujeron en comunidades vulnerables como Cité Soleil, en Puerto Príncipe, sin embargo, la directora advierte que los avances son frágiles y dependen de un financiamiento sostenido.

“Necesitamos cuarenta millones de dólares para los próximos seis meses. La inflación alimentaria hace aún más difícil acceder a comida sana”, explicó Castro.

El PMA, en coordinación con el gobierno haitiano, ha brindado asistencia a 2.1 millones de personas mediante transferencias monetarias, garantizando la compra segura de alimentos incluso en zonas de conflicto.

Además, el organismo ha implementado acciones preventivas, como la entrega de dinero antes de huracanes y el envío de millones de mensajes de alerta por teléfono móvil, medidas que se han mostrado efectivas para preparar a las comunidades y reducir el impacto de los desastres naturales.

Fotografía cedida por el Programa Mundial de Alimentos (WFP sus siglas en ingles) donde se observa un medico atendiendo a un menor durante una jornada de salud en la Escuela Jean Marie César, en Puerto Príncipe (Haití). EFE/ María Gallar /Programa Mundial de Alimentos

Un estudio conjunto de la FAO y el PMA, divulgado este miércoles, estima que un aumento de un grado centígrado en la temperatura global podría dejar a 276 millones de personas adicionales en inseguridad alimentaria, incluidas 900,000 en el Caribe y 1.2 millones en Centroamérica.

“El Caribe es una de las regiones más expuestas del mundo: un huracán puede destruir en 24 horas el 50% del PIB de una isla”, advirtió Castro, al recordar los estragos de Melissa en Jamaica, Haití y Cuba.

Ante este panorama, el PMA promueve acciones anticipatorias, como el despliegue de alimentos y generadores eléctricos antes de los huracanes. En Haití, 50,000 personas recibieron transferencias preventivas, y en Cuba se movilizaron suministros una semana antes del impacto de la tormenta.

Castro destacó la necesidad de que los fondos climáticos internacionales sean más ágiles y prioricen a los países más vulnerables, incorporando la seguridad alimentaria en el nuevo fondo de pérdidas y daños acordado en las cumbres del clima.

Entre los países del Caribe, Jamaica se ha convertido en un referente en preparación financiera frente a desastres climáticos. El país cuenta con una póliza de seguro del mecanismo Caribbean Risk Insurance Facility, que permite liberar fondos de emergencia tras eventos extremos.

Tras el paso del huracán Melissa, el seguro se activó en apenas ocho días, liberando $72 millones, parte de los cuales se destinaron a transferencias sociales directas para asistir a las comunidades afectadas.

“El modelo jamaicano demuestra que la financiación climática rápida y bien dirigida salva vidas”, señaló Castro.

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