Enma Pinzón pide que la CSS y el MINSA exijan evidencia clínica antes de adquirir medicamentos biosimilares
La representante de la Federación de Pacientes Crónicos, Enma Pinzón, advirtió sobre los riesgos que enfrentan miles de panameños con enfermedades crónicas debido a la adquisición de medicamentos biosimilares sin reglamentación ni pruebas de equivalencia clínica en el país, informó TVN Noticias.
Pinzón explicó que en febrero del 2024 se aprobó una modificación a la Ley 1, que define claramente la diferencia entre biotecnológicos innovadores y biosimilares. Sin embargo, denunció que los artículos relacionados aún no se han reglamentado, dejando un vacío que pone en peligro la salud de los pacientes.
“La nueva administración de la Dirección de Farmacias y Drogas está trabajando en la reglamentación, pero lamentablemente no saldrá antes del acto público de compra”, advirtió Pinzón. La especialista destacó que los biosimilares no son genéricos y requieren un control riguroso, ya que se obtienen de células vivas y pueden modificar el comportamiento celular.

Pinzón compartió su experiencia personal con una enfermedad reumatológica, contrastando su caso estable con el de su hermano, quien sufrió efectos adversos tras cambiar a un biosimilar.
Según la representante, desde el 2020 se introdujeron estos medicamentos en la Caja de Seguro Social (CSS), y aunque inicialmente se respetó la no sustitución automática, muchos pacientes han experimentado recaídas graves.
“De los tres biosimilares que ingresaron en reumatología, uno no tuvo quejas; los otros dos sí generaron reportes de farmacovigilancia”, afirmó Pinzón, enfatizando que el problema radica en que no se exige la misma evidencia que al medicamento original para su ingreso al listado de la CSS.

También hizo un llamado urgente a la CSS y al Ministerio de Salud (MINSA) para que exijan evidencia clínica real y comparabilidad probada, advirtiendo que el precio no puede ser el único criterio en la adquisición de estos medicamentos.
Puso como ejemplo que un biosimilar cuesta $150 por ampolla frente a $800 del original, pero su duración es menor, lo que podría generar mayores costos en tratamientos, citas y hospitalizaciones.
Pinzón concluyó que no se oponen a los biosimilares, pero insisten en que se compren basados en evidencia científica y seguimiento postcomercialización, asegurando decisiones informadas que protejan la salud de los pacientes crónicos en Panamá.
