La obra póstuma dirigida por Félix Trillo Guardia repasa la trayectoria onírica y bohemia del artista, marcada por el grabado Goya
La vida y obra del pintor panameño Julio Zachrisson fueron tan singulares que muchos lo describen como un “brujo”: un creador de universos oníricos, nutridos por el Goya más oscuro, mientras convivía con los grandes artistas latinoamericanos del siglo XX y habitaba el Madrid bohemio de los últimos años del franquismo, informó la agencia EFE.
Ese recorrido fascinante cobra voz propia en el documental póstumo ‘El Brujo: Julio Zachrisson’, dirigido por Félix ‘Trillo’ Guardia y producido por Tomás Cortés, estrenado el pasado 30 de octubre.
La película busca rendir homenaje al artista y, al mismo tiempo, fortalecer la identidad cultural panameña. “Lastimosamente no tiene el reconocimiento en Panamá al nivel que se merece”, lamentó Guardia.
El director sostiene que es responsabilidad de los creadores tender puentes entre las nuevas generaciones y figuras como Zachrisson, cuya obra marcó la historia del grabado en la región.
Guardia y Cortés reflexionan en el documental sobre la intensa vida del pintor, su estrecha relación con él durante el rodaje y la paradoja de su relativo anonimato en su país. “Muchos panameños fuera del mundo del arte no tienen idea. Y estoy seguro de que se sentirían orgullosos de saber que hay un panameño que hizo historia en el arte gráfico”, asegura el director.
Añade que existe una creciente sed entre la juventud por reconectar con las raíces culturales del país: “Más allá de que seamos un país pequeño, también tenemos algo que contar”.
Zachrisson retrató en sus grabados episodios clave de la historia y la mitología panameña, como la invasión estadunidense de 1989 para capturar a Manuel Antonio Noriega, un suceso que dejó unos 500 fallecidos según cifras de Washington.
Su obra, de estética sombría e imaginario híbrido, bebe claramente de Goya, pero también del humor y la idiosincrasia panameña que nunca perdió, incluso tras décadas de residencia en Madrid.
El documental traza un viaje desde sus inicios en Panamá hasta sus estudios en México e Italia, su vida en un estudio junto a la Plaza de Toros de Madrid y su muerte en el 2021.
Las imágenes del artista se alternan con sus dibujos y grabados, muchos creados a mano hasta sus últimos días, pese a que había perdido la vista en los años finales.
En un principio, el equipo quiso hacer una película de animación basada en los dibujos del maestro, un proyecto para el que aún buscan financiamiento, sin embargo, la riqueza del material grabado durante las entrevistas dio origen a este filme, la primera parte de un legado más amplio que espera ver la luz.
La película también captura la relación que el equipo entabló con Zachrisson, acompañándolo en momentos cotidianos como su cumpleaños o en escenas en las que reprendía a los cineastas por mover alguna de sus preciadas cerámicas.
El productor Tomás Cortés recuerda con emoción la despedida del artista. “Era la primera vez que se moría un amigo. Fue muy duro. Lloré una semana sin parar. Creo que la angustia venía de no haber cumplido con las promesas que le hicimos antes de su muerte”, dijo.
Cortés reconoce que tiene entre manos un legado que quiere hacer accesible y perdurable. “Sentiré que mi trabajo está cumplido cuando todo esto esté disponible para todos, sea por el documental, la animación, internet o un museo. Dejarlo morir en unos discos duros sería injusto”, afirmó.
‘El Brujo: Julio Zachrisson’ se perfila así como un rescate necesario de un creador fundamental, cuya obra -oscura, humorística y profundamente panameña- sigue esperando el reconocimiento pleno en su tierra natal.