Abandonar la idea de una victoria ucraniana es contraproducente, y solo serviría para prolongar el conflicto
Los actuales esfuerzos diplomáticos para poner fin a la guerra han alentado el debate público en Ucrania sobre los objetivos estratégicos que se pueden alcanzar y sobre las concesiones necesarias para lograr la paz, a pesar de que la mayoría de los observadores ven pocas posibilidades de llegar a una solución duradera en un futuro cercano, informó la agencia EFE.
El énfasis inequívoco en la “victoria” y en el restablecimiento de las fronteras anteriores al 2022, que caracterizaron la retórica del presidente Volodímir Zelenski en los primeros años tras la invasión, ha sido suavizado en las comunicaciones oficiales.
Ante la presión ejercida por Rusia en el campo de batalla, una asistencia militar limitada por parte de los socios europeos y un compromiso estadunidense en retirada, el gobierno y los mandos militares han desplazado el foco hacia la necesidad de detener los combates activos a lo largo de la línea actual del frente como base para una “paz justa”.

Pese al extendido agotamiento causado por la guerra, más de 40 prestigiosos intelectuales y figuras públicas, entre ellos la ganadora del Premio Nobel de la Paz Oleksandra Matviichuk, insisten en que la victoria “es posible y alcanzable”.
Una visión maximalista de la victoria abarca la derrota militar de Rusia, la recuperación de todos los territorios ocupados, el castigo de los crímenes de guerra y una soberanía geopolítica completa.
Los firmantes reconocen que algo así es inalcanzable en estos momentos, por lo que reclaman aceptar una definición minimalista: Neutralizar la amenaza militar, preservar la soberanía y construir un Estado exitoso y centrado en las personas.
“El factor decisivo para el éxito será la capacidad de Ucrania de ganar la carrera de la innovación militar-tecnológica”, subrayaron y añadieron que Kiev debe asegurarse el ingreso a la UE, rechazar cualquier restricción a sus capacidades defensivas y bloquear los intentos de Rusia de desestabilizar el país desde dentro.
Moscú sigue aspirando a la subyugación completa de Ucrania y no se contentará con meras ganancias territoriales, argumenta Valeri Zaluzhi, el popular excomandante en jefe de las Fuerzas Armadas.
Escéptico ante la posibilidad de un acuerdo de paz rápido, Zaluzhni advirtió que, sin garantías de seguridad realistas para su cumplimiento, éste conduciría eventualmente a “una derrota completa de Ucrania y a la pérdida de su independencia” ante la continuada agresión rusa.

Bajo la doble presión de Washington y Moscú, un número creciente de ucranianos se halla dispuesto a aceptar “compromisos dolorosos”, como la aceptación de facto de la ocupación de algunos territorios y la renuncia a un ingreso en la OTAN, a cambio de una paz duradera.
Sin embargo, la mayoría siguen rechazando las principales demandas de Moscú: La cesión de territorios adicionales o el reconocimiento de la legitimidad de la ocupación.
Más de la mitad estarían dispuestos a protestar públicamente contra tales medidas, según una encuesta de noviembre del servicio sociológico InfoSapiens.
Abandonar la idea de una victoria ucraniana es contraproducente, sostiene el analista militar y veterano del ejército Yevguén Diki, y solo serviría para prolongar el conflicto.
El foco actual de parte de Occidente y Ucrania en simplemente “detener la guerra” no hace sino alentar al líder ruso a presionar en el frente y a destruir la retaguardia ucraniana.
“A fin de cuentas, se le está diciendo explícitamente que nadie planea derrotarle ni castigarle”, subrayó Diki, quien señaló que agarrarse a la posibilidad de la victoria, por lejana que sea, y maximizar la presión sobre Rusia es la salvaguarda contra una derrota, incluso aunque el resultado final requiera un compromiso difícil.
