El anuncio de Trump sorprendió a los aliados del presidente y a algunos miembros de su administración
El indulto del presidente Trump al expresidente hondureño Juan Orlando Hernández fue el resultado de algo extraordinario para un líder centroamericano y traficante de cocaína condenado: Una red de poderosos defensores que se extiende desde Washington hasta Mar-a-Lago, informó este viernes el diario The Wall Street Journal.
El anuncio de Trump sorprendió a los aliados del presidente y a algunos miembros de su administración, incluidos funcionarios que pasaron años construyendo el caso histórico contra Hernández, según personas familiarizadas con el asunto.
La decisión permitió a Hernández, que cumplía una condena de 45 años de prisión por conspirar con los carteles para enviar 500 toneladas de cocaína a Estados Unidos, salir en libertad esta semana, mientras la administración Trump intensifica su guerra contra los narcotraficantes con ataques aéreos contra traficantes de bajo nivel en el mar. La medida anuló la condena de Hernández sin dar muchas explicaciones y provocó la indignación de los demócratas y algunos republicanos.
El indulto, que Trump anunció en vísperas de las elecciones en Honduras, fue el resultado de una campaña de presión que se gestó durante meses. La apelación de Hernández circuló discretamente desde enero entre un reducido grupo de confidentes de Trump y personalidades de los medios de comunicación conservadores.
Trump ha dicho en privado a sus asesores que concedió el indulto después de que sus aliados en Florida, entre ellos su antiguo confidente Roger Stone y miembros de su club Mar-a-Lago, lo presionaran para que lo hiciera, según una persona que habló con él.
Trump dijo a los periodistas que “el pueblo de Honduras” le pidió que indultara a Hernández, y culpó al entonces presidente Joe Biden de perseguir al exlíder hondureño.
La Casa Blanca se negó a dar detalles sobre las conversaciones de Trump con los hondureños y defendió el indulto, señalando los comentarios del expresidente. Hernández, un operador político de 57 años procedente de una familia hondureña dedicada al cultivo de café que fue presidente entre el 2014 y el 2022, pasó una década forjando poderosos aliados en Estados Unidos.
Durante el primer mandato de Trump, se ganó el favor de los republicanos asistiendo a eventos evangélicos.