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Informe de la Defensoría alerta profundas brechas en derechos humanos en Panamá

Informe de la Defensoría alerta profundas brechas en derechos humanos en Panamá

Persisten fallas estructurales en agua, salud, educación, seguridad y protección a grupos vulnerables, pese a avances institucionales

Panamá aún enfrenta graves brechas estructurales que afectan de manera directa a mujeres, niños, personas mayores, comunidades indígenas y sectores vulnerables, según el Informe de Situación de los Derechos Humanos 2025 presentado por la Defensoría del Pueblo.

El documento advierte que, pese a ciertos avances institucionales, continúan fallas persistentes en la prestación de servicios públicos esenciales, lo que impide el goce efectivo de los derechos humanos.

El informe detalla que, tras inspecciones y múltiples quejas ciudadanas, no existe acceso continuo ni seguro al agua potable en diversas regiones, especialmente en áreas rurales y comarcales.

En el sistema de salud, la Defensoría documentó falta de medicamentos, demoras prolongadas en cirugías y equipos deteriorados, afectando el derecho a una atención médica oportuna.

El panorama educativo también es crítico, el país arrastra una pérdida acumulada de 490 días de clases presenciales entre el 2020 y el 2025, debido a la pandemia y a huelgas docentes. La crisis se agrava por infraestructuras deterioradas, falta de personal y servicios básicos inestables, lo que retrasa el inicio de clases y limita el aprendizaje.

El informe destaca que persisten barreras para la protección de mujeres, incluyendo demoras institucionales, rutas de atención fragmentadas y un aumento de casos de violencia, entre ellos el femicidio.

Las mujeres indígenas, afrodescendientes, rurales y migrantes enfrentan condiciones particularmente adversas. Además, se advierte sobre la normalización de la violencia en relaciones adolescentes, según espacios consultivos juveniles.

“El aumento de femicidios y la reiteración de patrones de violencia revelan fallas en la articulación del sistema de justicia”, señala la Defensoría.

El informe indica que aún falta garantizar accesibilidad y estabilidad laboral para personas con discapacidad, y alerta sobre graves deficiencias detectadas en centros de larga estancia para personas mayores.

En cuanto a la población privada de libertad, la institución denuncia hacinamiento, insalubridad y acceso limitado a servicios de salud, condiciones que violan estándares internacionales como las Reglas Mandela.

Además, la oferta de programas educativos, laborales y terapéuticos es insuficiente, lo que restringe las oportunidades de reinserción social.

El documento también identifica riesgos ambientales asociados a vertederos, contaminación hídrica, malas prácticas de manejo de residuos y desafíos que enfrentan comunidades afectadas por proyectos hídricos y por el cambio climático, como Gardí Sugdub.

En materia de protesta social, la Defensoría registró uso excesivo de la fuerza, detenciones irregulares y la urgencia de fortalecer los protocolos policiales para garantizar el respeto a los derechos ciudadanos.

El informe concluye que Panamá necesita acciones urgentes y sostenidas para garantizar los derechos humanos de todas las personas y reconstruir la confianza en las instituciones públicas, subrayando que las brechas persistentes representan riesgos serios para la igualdad, la justicia y el desarrollo social del país.

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