El presidente aseguró que el empresario panameño deberá responder directamente ante el Departamento del Tesoro de Estados Unidos
El presidente José Raúl Mulino se refirió este jueves a la sanción impuesta por el gobierno de Estados Unidos contra el empresario panameño, Ramón Carretero, señalando que su administración no mantiene ninguna relación con el personaje ni ha tenido vínculos contractuales con el Estado.
El mandatario fue enfático en afirmar que no existe “ni un solo contrato” entre el empresario sancionado y el gobierno nacional, y aseguró que no ha habido relación directa ni indirecta con su administración.
El jefe del Ejecutivo explicó que el señalamiento realizado por las autoridades estadounidenses responde a criterios y procesos propios del Gobierno de Estados Unidos, por lo que Panamá observa el caso con respeto y distancia institucional.

Indicó que, de existir responsabilidades, estas deberán ser atendidas por el propio involucrado ante las autoridades competentes de ese país, particularmente el Departamento del Tesoro, sin que ello comprometa al Estado panameño.
Mulino sostuvo que su gobierno no tiene participación alguna en actividades relacionadas con la persona sancionada y reiteró que no desempeña un rol dentro de la economía nacional que guarde relación con programas o contratos oficiales.
Subrayó que el gobierno nacional mantiene su compromiso con la transparencia y el respeto a los procesos internacionales, reiterando que ese caso es completamente ajeno a la gestión pública panameña.
De acuerdo a registros de Pdvsa todo el crudo recibido por el régimen venezolano del campo Petroboscán, el mayor proyecto de Chevron en el país, lo ha vendido desde julio una empresa vinculada a Carretero.

El empresario panameño resultó ser el mayor beneficiario del esquema petrolero que permitió a Chevron reanudar exportacines desde Venezuela bajo la administración de Donald Trump. Así lo señalan datos internos de la estatal Pdvsa citados en un reportaje de The New York Times.
De acuerdo con esa investigación, la modificación de la licencia otorgada a Chevron -presentada por el gobierno de Trump como una forma de reducir el flujo directo de dólares hacia el régimen de Nicolás Maduro- terminó favoreciendo a Carretero, un comerciante de crudo con vínculos con el entorno del líder chavista.
Bajo los nuevos términos, Chevron dejó de transferir pagos en efectivo al Estado venezolano y comenzó a entregar parte del petróleo que produce como pago en especie a Pdvsa, propietaria de los yacimientos.
Los registros de la petrolera estatal, sin embargo, muestran que todo el crudo recibido por el régimen venezolano del campo Petroboscán, el mayor proyecto de Chevron en el país, lo ha vendido desde julio una empresa comercial vinculada al panameño.

Los datos citados por The New York Times muestran que esa firma habría comercializado cerca de 11 millones de barriles, valorados en unos $500 millones.
El petróleo, propiedad de Pdvsa, se exportó sin la participación de Chevron y se canalizó mayoritariamente hacia China a través de operaciones complejas que, según fuentes del sector, incluyen el uso de criptomoneda.
Carretero sobrevivió a un accidente aéreo ocurrido el pasado 24 de septiembre en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía, cuando un avión Learjet 55, matrícula venezolana YV3440, se estrelló y se incendió durante el intento de despegue.
En el siniestro murieron los dos tripulantes de la aeronave, mientras que los dos pasajeros lograron salir con vida.
Investigaciones publicadas por Armando.info revelaron que uno de los sobrevivientes era Carretero, quien, a través de empresas como Landscape Vision Corp y Corporación Logística del Caribe, en las que comparte sociedad con sus hermanos Vicente y Roberto, acumuló desde el 2013 contratos públicos por casi $800 millones.

Esos contratos incluyeron la construcción de gimnasios, un centro de convenciones y el estadio de beisbol de Caracas actualmente conocido como Estadio Monumental Simón Bolívar, además del suministro de bienes como juguetes, electrodomésticos y neumáticos.
Los registros de vuelo de la aeronave siniestrada permitieron además reconstruir otra dimensión de sus actividades. Documentos obtenidos indican que el Learjet 55 era uno de los aviones utilizados con mayor frecuencia por Carretero para viajar no solo a Caracas, sino también a La Habana, ciudades donde opera la Corporación Logística del Caribe.
Esa bitácora dibuja un triángulo de relaciones entre Panamá, Venezuela y Cuba.
Los documentos también dan cuenta de los vínculos del empresario con figuras de la élite política cubana. Entre los pasajeros habituales del YV3440 figura Raúl Rodríguez Castro, nieto del dictador cubano Raúl Castro.
A ello se suma que Edwin Pitty Madrid, un excolaborador de Carretero que previamente había manejado parte de sus negocios en Caracas, fue designado en el 2024 embajador de Panamá en Cuba por el gobierno de Mulino.
