El veto de Bélgica, Hungría e Italia amenaza un préstamo clave mientras Ucrania necesita $175,000 millones para sobrevivir
Ucrania puede perder la guerra en los despachos. Después de casi cuatro años de combates con los rusos, el gobierno ucraniano teme quedarse sin fondos para pagar el coste de la guerra después de que Estados Unidos haya retirado la mayor parte de la ayuda financiera a Kiev, informó el diario La Razón.
Sin dinero, el gobierno de Volodimir Zelenski se enfrenta a un colapso financiero en el corto plazo que le conduciría irremediablemente a la derrota en el campo de batalla. La solución pasa por Bélgica, que alberga la mayor parte de los $275,000 millones de activos rusos inmovilizados en la Unión Europea (UE).
Solo la activación de ese dinero congelado en un banco belga podría salvar al país de la debacle.
Así lo ha hecho saber el mandatario ucraniano, quien declaró este jueves a su llegada al Consejo Europeo que Kiev se verá en “un gran problema” si la UE rechaza utilizar los activos rusos congelados en su jurisdicción para ofrecer a Ucrania $120,000 millones vitales para que el país continúe resistiendo contra la agresión militar rusa en los próximo dos años.

“Hablaré con todos los líderes, presentaré nuestros argumentos, y de verdad espero que podamos obtener una decisión positiva. Sin ella Ucrania estará en un gran problema”, declaró el presidente ucraniano antes de la reunión, en la que se espera que se tome una decisión definitiva sobre la cuestión.
Las cosas no pintan bien. Este jueves, el primer ministro de Bélgica, Bart de Wever, insistió en que rechazará el préstamo que quiere sacar adelante la Unión Europea de $275,000 millones a Ucrania mediante el uso de activos soberanos rusos inmovilizados y que custodia la firma belga Euroclear.
Ese veto belga está relacionado con el temor a represalias de Moscú, que además podría llevar a la justicia una medida así, aumentando el temor a una posible indemnización multimillonaria que tendría que pagar Bélgica si perdiera en los tribunales.
El Fondo Monetario Internacional estima que Ucrania necesita unos $175,000 millones para los próximos dos años para evitar la bancarrota y mantener en funcionamiento servicios básicos. La Comisión Europea propone un “préstamo de reparaciones” de $120,000 millones.
La idea es usar los activos rusos en Euroclear como aval, pero sin confiscarlos directamente para evitar riesgos legales extremos.

Este movimiento no parece nada fácil. El Banco Central de Rusia anunció esta semana que reclama $230,000 millones en concepto de daños y perjuicios contra Euroclear.
Hay también otros obstáculos. Uno de los mayores detractores de esa iniciativa es el primer ministro húngaro Viktor Orbán, quien aseguró este jueves que los planes de la UE para utilizar activos rusos congelados han “muerto” por falta de apoyos, y reiteró su rechazo a cualquier uso de esos fondos -que calificó de “declaración de guerra”- mientras se opuso también a un crédito conjunto para financiar a Kiev.
“Ese es un asunto muerto. No cuenta con el apoyo suficiente”, afirmó el líder ultraderechista en Bruselas a la prensa, y añadió que no excluye que en la reunión del Consejo de hoy “se intentará volver a poner sobre la mesa”, pero opinó que a pesar de ello el tema no avanzará.
Italia se ha alineado con Orban. La primera ministra, Giorgia Meloni, afirma que usar los activos rusos congelados en Europa para ayudar a Ucrania sin una base legal sólida le otorgaría a Moscú “la primera victoria desde el inicio de la guerra”.
La presión es máxima. A su llegada a la cumbre, el primer ministro polaco, Donald Tusk, afirmó que Europa tiene que elegir entre “dinero hoy o sangre mañana”. Añadió que “no me refiero solo a Ucrania, sino a Europa.
