La entrada en vigor del Tratado de Alta Mar y la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París marcan un año decisivo
La agenda climática internacional del 2026 arranca marcada por luces y sombras, en un contexto de creciente incertidumbre sobre si el planeta superará el umbral de 1.5 grados Celsius de calentamiento global, informó la agencia EFE.
En un margen de apenas diez días de enero, dos hechos simbólicos ilustran esa tensión, la entrada en vigor del Tratado de Alta Mar y la retirada de Estados Unidos del Acuerdo de París.
Según Naciones Unidas, entre el 2026 y el 2035 será casi inevitable rebasar el límite de 1.5 °C respecto a los niveles preindustriales, un escenario que refuerza la urgencia de acelerar la acción climática global.

El principal avance llegará el 17 de enero, con la puesta en marcha del Tratado de Alta Mar, casi tres años después de su aprobación y tras alcanzar en septiembre las 60 ratificaciones necesarias.
El acuerdo establecerá un marco para la creación de Áreas Marinas Protegidas fuera de la jurisdicción nacional, evaluaciones de impacto ambiental y la regulación de los recursos genéticos marinos, entre otros aspectos clave para la conservación de los océanos.
En contraste, el 27 de enero, Estados Unidos formalizará su retiro del Acuerdo de París, un año después de que el presidente Donald Trump firmara la orden ejecutiva correspondiente, con esta decisión, el país renuncia a sus compromisos de reducción de emisiones y a los aportes financieros internacionales en materia climática.

El debate climático continuará tras la COP30 de Belém, cuyo balance aún divide a gobiernos y organizaciones ambientales, el nuevo año ofrecerá una oportunidad para recomponer consensos de cara a la COP31, que se celebrará en noviembre en Antalya (Turquía) bajo presidencia australiana.
Entre los temas centrales volverá a figurar la pendiente hoja de ruta para la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.
Otra prioridad urgente será el Tratado Global sobre Plásticos, estancado tras el fracaso de las negociaciones de agosto pasado en Ginebra.
La dimisión del presidente del comité negociador, el ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso, incrementó la incertidumbre sobre un acuerdo, en un contexto en el que se producen 460 millones de toneladas de plástico al año, de las cuales el 91% termina filtrándose al medioambiente, según Global Plastic Action Partnership.

El año 2026 también marca el inicio del último quinquenio para cumplir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), seis de ellos directamente vinculados al medioambiente.
En este marco, la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Agua, que se celebrará en diciembre en Abu Dabi, buscará acelerar el acceso universal a este recurso.
Entre las principales fechas que marcarán la agenda climática del 2026 destacan, además, la I Conferencia Internacional para la Eliminación Progresiva de los Combustibles Fósiles en abril en Colombia, la COP17 de Biodiversidad en octubre en Ereván y diversas cumbres sobre recursos hídricos y ecosistemas.
Un calendario cargado de compromisos que pondrá a prueba la capacidad de la comunidad internacional para pasar de las promesas a la acción.
