La “mayor parte” de las víctimas son sudafricanas, precisó el ministro de la Policía, Bheki Cele.
Cinco personas murieron en la ola de violencia xenófoba registrada desde el domingo en Sudáfrica, y hubo casi 200 detenidos, en ataques y saqueos considerados “totalmente inaceptables” por el presidente Cyril Ramaphosa.
Este martes, la policía disparó balas de goma para dispersar a cientos de personas en el centro de Johannesburgo, la principal ciudad del país, algunas de las cuales iban armadas con machetes y hachas.
Las fuerzas de seguridad también intentaron ahuyentar a pequeños grupos en el ‘township’ de Alexandra, junto al barrio financiero de Sandton, para evitar nuevos saqueos a comercios de extranjeros.
Desde el domingo, cinco personas murieron en la región de Johannesburgo, epicentro de la violencia, afirmó este martes la policía, que anunció haber efectuado 189 detenciones y haber desplegado refuerzos en las zonas más sensibles de la capital económica.
La “mayor parte” de las víctimas son sudafricanas, precisó el ministro de la Policía, Bheki Cele.
“Los tipos llegaron en grupo y vandalizaron los comercios”, explicó a la AFP un testigo, Gavin Booldchand, en Coronationville, una barriada pobre de Johannesburgo, donde este martes perecieron dos personas.
“El dueño de una tienda salió y abrió fuego contra la multitud (…) Disparó en toda la cara de un negro”, añadió, acusando a los extranjeros de “quedarse” con los trabajos de los sudafricanos.
Hasta ahora en silencio, Ramaphosa condenó este martes los ataques.
“Condeno de la forma más severa la violencia que se extiende a cuatro provincias”, dijo en un video publicado en Twitter. “Los ataques contra comerciantes extranjeros son totalmente inaceptables”, añadió.
“Quiero que esto cese inmediatamente”, advirtió.
“Nada puede justificar que un sudafricano ataque a gente de otros países”, aseveró el mandatario, quien convocó a su gabinete en una reunión de urgencia.
Además de las víctimas mortales, estos tres días de violencia han dejado numerosos daños materiales. Decenas de comercios fueron atacados en Johannesburgo y en la capital, Pretoria, y varios camiones supuestamente conducidos por extranjeros fueron quemados en la provincia de KwaZulú-Natal (noreste).
– “Lo quemaron todo” –
Sudáfrica, la economía subsahariana más próspera del continente, vive con frecuencia violencia xenófoba, alimentada por el desempleo y la pobreza.
Varios dirigentes africanos criticaron esta ola de agresiones xenófobas.
El presidente de la comisión de la Unión Africana (UA), Mussa Faki Mahamat, denunció este martes estos ataques “abyectos”.
El jefe de Estado nigeriano, Muhamadu Buhari, se dijo “muy preocupado” por estas agresiones contra migrantes africanos, especialmente los oriundos de su país, y anunció que despacharía a un “enviado especial” a Sudáfrica.
El lunes, su gobierno amenazó con tomar “medidas decisivas” contra Sudáfrica. “Los continuos ataques contra los ciudadanos nigerianos y sus intereses económicos en Sudáfrica son inaceptables”, advirtió en Twitter.
La ola de violencia de estos días suscitó mucha preocupación entre la comunidad de migrantes de Johannesburgo.
“Lo quemaron todo”, dijo a la AFP un comerciante bangladesí, Kamrul Hasan, frente a su negocio incendiado en Alexandra.
“Cada seis meses pasa lo mismo ¿Por qué quedarnos aquí? Lo he perdido todo. Si el gobierno [sudafricano] paga mi billete de avión, volveré a Bangladés”, afirmó.
“Nuestra nación arde y sangra”, denunció el líder del principal partido de la oposición, Mmusi Maimane, que dirige la Alianza Democrática (DA).
“Los sudafricanos tienen miedo y no tienen esperanza en su futuro […] Constatamos un hundimiento económico y social, y las manifestaciones violentas, saqueos, destrucciones a gran escala […] son una prueba evidente”, dijo.
La ola de violencia y de saqueos estalló el domingo por la noche tras la muerte de tres personas en un incendio –del que todavía se desconocen las causas– en un edificio del centro de Johannesburgo.
La violencia se extendió luego a otros barrios de la ciudad y a Pretoria, a unos 60 kilómetros de distancia.