El sector en su conjunto vive un periodo difícil por el cambio tecnológico, que necesita miles de millones de dólares en inversiones, así como por la guerra comercial, el Brexit y, en Europa, los nuevos límites de emisiones de CO2.
Los nuevos autos eléctricos alemanes serán las estrellas del salón del automóvil de Fráncfort, abierto este martes a la prensa, en un mercado a la baja en el que los fabricantes temen el impacto de la nueva normativa europea contra la contaminación.
El lunes por la noche centenares de periodistas acudieron a la presentación del nuevo coche eléctrico de Volkswagen, llamado ID.3, un vehículo compacto que la marca compara con su célebre ‘escarabajo’.
A partir del jueves y hasta el 22 de septiembre se espera la visita de miles de personas al salón.
El grupo Volkswagen también presentó el Taycan, un coche deportivo de lujo 100% eléctrico de su marca Porsche, capaz de pasar de 0 a 100 km/h en menos de tres segundos y que quiere rivalizar con Tesla, la empresa de California líder mundial de los coches eléctricos.
Este año muchas marcas extranjeras decidieron no venir al salón, entre ellas los gigantes japoneses Toyota y Nissan, los estadounidenses General Motors y Fiat-Chrysler y los franceses Renault, Peugeot y Citroën.
Según Ferdinand Dudenhöffer, director del Center Automotive Research (CAR), la crisis del salón es consecuencia de la mala imagen de la industria alemana “afectada por el ‘dieselgate’ [el escándalo de los motores trucados de Volkswagen] y el desarrollo tardío del coche eléctrico”.
El sector en su conjunto vive un periodo difícil por el cambio tecnológico, que necesita miles de millones de dólares en inversiones, así como por la guerra comercial, el Brexit y, en Europa, los nuevos límites de emisiones de CO2.
Además, los coches están cada vez más en el punto de mira por la contaminación de las ciudades y este sábado la policía espera a entre 15.000 y 20.000 personas en una gran manifestación ante el centro de convenciones de Fráncfort para reclamar una “revolución en los transportes”.
En el primer semestre del año, el mercado mundial de automóviles retrocedió un 5%, sobre todo a causa de China.
Los fabricantes alemanes se vieron particularmente afectados por la crisis y en los primeros ocho meses del año la producción cayó un 11% con respecto al mismo periodo del año anterior, según cifras de la federación profesional (VDA).
Entre enero y julio, las ventas del grupo Volkswagen también cayeron un 2,7%.
En Europa, a partir del año que viene, los coches nuevos deberán tener emisiones medias de CO2 inferiores a 95 gramos por kilómetro, con importantes multas en caso de incumplimiento.
Para lograrlo, el coche eléctrico es la mejor solución, lo que explica los modelos 100% eléctricos o híbridos que se presentan esta semana en el salón de Fráncfort.
Sin embargo las ventas todavía son marginales. En Europa solo representan un 2% del mercado y sigue habiendo dudas por su elevado precio y los límites de su autonomía.
Según el presidente de Volkswagen, Herbert Diess, el éxito de los coches eléctricos “dependerá mucho de las condiciones políticas”, aseguró, y pidió más “subvenciones” para rebajar los precios así como “acelerar el despliegue de puntos para recargar”.
Las marcas alemanas todavía están poco presentes en este mercado. BMW no tuvo el éxito que esperaba con su modelo i3 y no tiene ningún coche grande equivalente a los de Tesla. Por su parte Mercedes y Audi apenas han empezado a trabajar en este sector.