El país del sur es uno de los dos miembros latinoamericanos de la OPEP y alberga las mayores reservas de petróleo probadas del mundo.
Venezuela, primer exportador de petróleo de América Latina, sumido en una profunda crisis, quiere duplicar su producción de crudo en 2020 a pesar de las sanciones estadounidenses, declaró el jueves en Moscú su ministro del petróleo.
“Tenemos un plan para volver a los niveles (de producción de petróleo) de 2018, entre 1,5 y 1,6 millones de barriles” al día en 2019, declaró el ministro de petróleo de Venezuela, Manuel Quevedo, en un foro energético en Moscú.
Interrogado por la agencia rusa RIA Novosti, Quevedo, que es también presidente del grupo petrolero público venezolano PDVSA, precisó “apuntar a más de 2 millones de barriles por día en 2020”.
En agosto de 2019, su producción ascendía a 933.000 barriles/día según cifras oficiales citadas por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (712.000 b/d según el mercado), frente a más de 2 millones en 2017.
En los objetivos anunciados en su sitio web para el período 2013-2019, PDVSA indicó que quería “aumentar su nivel de producción de petróleo a 6 millones de barriles por día de aquí a 2019”.
Venezuela es, junto con Ecuador, uno de los dos miembros latinoamericanos de la OPEP y alberga las mayores reservas de petróleo probadas del mundo.
Debido a la falta de liquidez para modernizar los yacimientos petrolíferos, la producción cayó un 37% en 2018, según la OPEP, nivel más bajo de los últimos 30 años.
Afectado por el desplome de los precios del crudo desde 2014, Venezuela, que obtiene la casi totalidad de sus ingresos del petróleo, está inmerso en una grave crisis política y económica que ha provocado una emigración masiva de venezolanos que huyen de la escasez de alimentos y medicamentos.
Venezuela también es objeto de numerosas sanciones económicas de Estados Unidos para presionar a su presidente Nicolás Maduro, incluido un embargo de petróleo.
Rusia es uno de los últimos apoyos de Venezuela, en particular a través del grupo petrolero ruso Rosneft, que ha realizado numerosas inversiones muy políticas en el país.
Parte de la deuda venezolana con Moscú (miles de millones de dólares) se reembolsa en hidrocarburos, según acuerdos entre PDVSA y Rosneft.