Los 184 obispos reunidos en el Vaticano para el sínodo sobre la Amazonía prevén aprobar este sábado un documento que pide la introducción del “pecado ecológico” así como la posibilidad de ordenar curas casados y contar con mujeres diáconos, temas tabú para los católicos conservadores.
Los “padres sinodales”, entre obispos y cardenales, la mayoría latinoamericanos, en representación de la iglesia católica de los nueve países de la cuenca amazónica, deberán votar un documento final con casi 200 puntos, incluidos algunos que van a generar mucha controversia.
Cada punto será sometido a voto y deberá superar los 2/3 de los 184 votos para ser aprobado.
– Devastar la naturaleza es pecar –
Después de tres semanas de reuniones a puerta cerrada en el Vaticano, en las que se ha hablado de los grandes males de la Amazonía, los obispos consideran que ha llegado el momento de darle un carácter propio a la iglesia de esa inmensa región amenazada por incendios, devastación y miseria.
Además de un “rito amazónico” para las comunidades del Amazonas, con más de 400 pueblos indígenas, han propuesto la introducción del “pecado ecológico”.
Con ello se pide impulsar una “conversión ecológica” de los católicos, al considerar como un pecado la destrucción el medio ambiente ya que consideran que devastar la naturaleza es pecar contra Dios, contra los demás y contra el futuro.
“Los pecados ecológicos son algo nuevo para la Iglesia. Debemos comenzar a confesarlos”, instó monseñor Pedro Brito Guimaraes, arzobispo de Palmas (Brasil) ante los religiosos.
Los obispos escucharon el testimonio de indígenas, expertos, misioneros y monjas, quienes denunciaron la destrucción de la selva, reconocieron su preocupación por la contaminación del agua con mercurio y por la violencia contra las mujeres indígenas.
“La Iglesia se ha puesto en una lucha que no tiene retorno por la defensa de la tierra, del agua y del aire; y a la vanguardia de la defensa del clima”, reconoció a la prensa el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor Oscar Ojea.
– El rito amazónico –
Junto al pecado se introduciría el rito amazónico, que para algunos es una herejía.
“No podemos seguir comunicando con esquemas ajenos”, explicó a la prensa el sacerdote mexicano Eleazar López, experto en teología indígena.
La idea de emplear estatuas y símbolos de las poblaciones amazónicas en los ritos litúrgicos ya generó reacciones, sobre todo por parte de los sectores más conservadores.
Varios objetos sagrados para los indígenas y usados durante algunas celebraciones en el Vaticano fueron robados la semana pasada de una iglesia y sucesivamente arrojadas al río Tíber, en un gesto de total provocación que fue condenado por el papa, quien además pidió perdón.
Todo parece indicar que el papa argentino está de acuerdo con un rito amazónico, ya que al abrir el sínodo al que asisten varios representantes de comunidades indígenas defendió que usen sus trajes tradicionales tanto en las reuniones como en las ceremonias.
“No hay ninguna diferencia entre las plumas en la cabeza de un indígena de la Amazonía y el sombrero que llevan los jerarcas de la Iglesia”, comentó Francisco.
– ‘Viri probati’ –
Entre los temas explosivos, que genera críticas entre los conservadores y que ha sido abordado ampliamente en el sínodo es el de la posibilidad histórica de ordenar como sacerdotes a hombres casados, los llamados “viri probati”, muchos de ellos indígenas, para hacer frente a la escasez de curas.
Se trataría de dispensas otorgadas por el papa, similar a las dadas a los pastores anglicanos casados que luego se convirtieron al catolicismo, señalo un obispo.
Un debate que podría generar hasta un cisma por la defensa del celibato de los sacerdotes en vigor desde el siglo XI.
– La batalla de las mujeres –
Otro tema que genera controversia es el reconocimiento oficial por parte de la Iglesia del papel clave que desempeñan las mujeres laicas para difundir la fe católica en la Amazonía.
Parte de los obispos de la región amazónica desea la creación de “ministerios (funciones) laicos” para las mujeres, es decir mujeres diáconos, que viven en la selva debido a la escasez de sacerdotes.
Se trataría de reconocer en forma oficial lo que ya sucede en muchas comunidades de la Amazonía.
En una carta dirigida al papa, las 35 mujeres invitadas al sínodo, pidieron poder votar el documento final. En caso de autorización sería una hecho histórico para la iglesia.
Desde que fue elegido pontífice en el 2013, Francisco se ha propuesto abrir las puertas a las mujeres en la Iglesia, ha designado a algunas en puntos relevantes y les ha dado la palabra en el sínodo, pero sin conceder el voto.
Muchas de las participantes viven en la selva, recorren trochas, bautizan, celebran bodas, escuchan confesiones y conviven con la violencia, el narcotráfico, la prostitución y la explotación de la tierra, tal como han narrado algunas de ellas en Roma y el Vaticano.