La fiscalía pidió al juez que Grubisich permanezca detenido debido a la seriedad de sus delitos y para impedir su fuga.
El expresidente de la petroquímica brasileña Braskem, Jose Carlos Grubisich, fue arrestado el miércoles en Nueva York acusado de delitos de pago de sobornos, corrupción y lavado de dinero, informó la fiscalía de Brooklyn.
Grubisich, de 62 años, fue detenido en el aeropuerto John F. Kennedy tras aterrizar en un vuelo proveniente de Sao Paulo.
El ejecutivo fue inculpado debido a “su participación en un esquema masivo de pago de sobornos y lavado de dinero, que implicó la transferencia de unos 250 millones de dólares de Braskem a un fondo secreto en los libros de la empresa”, escribieron este miércoles los fiscales del distrito este de Nueva York al juez federal Roann Mann.
Y también “de usar en parte este fondo para pagar coimas a funcionarios gubernamentales, partidos políticos y a otros en Brasil para obtener y retener contratos y otras ventajas empresariales” en violación de las leyes estadounidenses.
La fiscalía pidió al juez que Grubisich permanezca detenido debido a la seriedad de sus delitos y para impedir su fuga, ya que es un ciudadano brasileño y Brasil no extradita a sus ciudadanos.
La brasileña Odebrecht tiene 38,3% del capital de Braskem, y la estatal Petrobras controla 36,1% de la empresa.
Entre 2002 y 2014, Grubisich junto a Braskem, Odebrecht, empleados de ambas compañías y otros coconspiradores participaron en este masivo esquema de corrupción que pagó millones de dólares en coimas a políticos y a partidos en Brasil.
Durante el periodo que fue presidente de Braskem, de 2002 a 2008, Grubisich acordó con otras personas falsificar las cuentas de la empresa para esconder el esquema y firmó certificaciones falsas entregadas a la SEC, la agencia estadounidense que regula los mercados de valores y financieros, según la inculpación.
Tras el estallido del escándalo Lava Jato en Brasil en 2014, la gigantesca empresa constructora Odebrecht admitió el pago de sobornos millonarios en varios países del mundo para obtener contratos.
En 2016, Braskem y Odebrecht alcanzaron un acuerdo con las autoridades estadounidenses, brasileñas y suizas para declararse culpables del pago de coimas y pagar 3.500 millones de dólares a fin de evitar demandas judiciales.
La investigación, centrada en las coimas pagadas a la brasileña Petrobras, llevó a decenas de arrestos de grandes empresarios y políticos en Brasil, y contribuyó a masivas protestas.