Investigaciones rigurosas permitieron vincular estas cuentas a una importante operación de propaganda desarrollada en Twitter desde Arabia Saudita.
Twitter anunció el viernes que suspendió más de 88.000 cuentas vinculadas con un esfuerzo de manipulación y desinformación orquestado por Arabia Saudita.
La mayoría de los perfiles bloqueados estaban en árabe y servían de cajas de resonancia a “mensajes en favor de las autoridades sauditas”, aunque otra parte eran cuentas en inglés dirigidas a públicos occidentales, detalló la plataforma.
Twitter decidió desmantelar esta red en 2018. En el último otoño boreal, logró identificar de manera más clara a los autores de las maniobras y en octubre tomó medidas drásticas.
De estas 88.000 cuentas, la plataforma publicó informaciones sobre un núcleo de alrededor de 6.000 cuentas representativas del conjunto con fines de “transparencia”.
“Investigaciones rigurosas conducidas por nuestros equipos nos permitieron vincular estas cuentas a una importante operación de propaganda desarrollada en Twitter desde Arabia Saudita”, señala la red social.
Los contenidos compartidos datan de fines de 2016, y parecen respaldar a Donald Trump cuando era candidato a la presidencia de Estados Unidos y justo después de su elección.
Numerosas cuentas implicadas recurrían a herramientas automatizadas para hacer circular ampliamente mensajes no políticos, explicó Twitter.
Estas herramientas sirven habitualmente para difundir mensajes importantes en casos de crisis y no violan las reglas de la plataforma.
Pero “sus tácticas complicaron las tareas de los observadores que debían identificar los tuits políticos en cuentas que compartían esencialmente contenidos no políticos de manera automática”, indica la empresa.
Redes como Facebook y Twitter luchan activamente contra las numerosas operaciones de manipulación orquestadas sobre todo desde China, India, Rusia o Arabia Saudita.
En septiembre, un informe del Oxford Internet Institute estableció que el número de campañas se había duplicado en dos años y que provenían tanto de gobiernos democráticos como autoritarios.