Las pinturas forman parte de una clara evidencia que dejaba al descubierto el fin de una felicidad matrimonial. La exposición “Olga Picasso” estará abierta hasta el 3 de septiembre
Olga Picasso, la primera esposa y musa del genio español, es por primera vez protagonista de una exposición en París que retrata la relación íntima de la pareja, desde sus primeros días felices hasta su brutal descomposición.
El reflejo de la vida del artista en su obra es más evidente que nunca en esta muestra inaugurada el martes en el Museo Picasso. Olga Khokhlova, la bella bailarina rusa con la que el malagueño se casó en 1918, tiene una presencia constante hasta que se separan en 1935.
Pero su representación evoluciona a la par con su relación y el arte de Picasso.
En los primeros años, Olga protagoniza retratos clásicos, con un semblante reservado, de mirada esquiva y “extrañamente inmóvil para una bailarina”, explica la comisaria Emilia Philippot. Aparece leyendo o escribiendo, y las cartas en ruso sacadas a la luz para la muestra – procedentes de la fundación española copresidida por su nieto Bernard Ruiz-Picasso-, permiten entender por qué.
Esta hija de un coronel ruso mantuvo una dolorosa correspondencia con su familia a la que no volvió a ver tras su boda. Mientras la pareja goza de la celebridad creciente del artista, su madre y hermanas caen en la miseria, con la desaparición de su padre y hermanos, en plena Revolución rusa.