Durante el fin de semana, unas 165 mil personas de todas partes del mundo se dan cita en el Miami Ultra Fest para vivir “la locura” de la música electrónica
Nick es un abogado en Detroit, pero ocasionalmente se afeita figuras tribales en la cabeza, se cubre los bíceps de brillantina y recorre los festivales de música electrónica del mundo. Esta vez es el turno de Miami, donde tocan leyendas como David Guetta y Martin Garrix.
“Trabajo duro y juego duro”, dice el abogado de 27 años. Es su primera vez en el Ultra de Miami, uno de los festivales de música dance electrónica (EDM) más importantes del mundo después del Tomorrowland de Bélgica.
“Es una locura”, cuenta Nick, entre un vendedor ambulante que lleva un pene plástico en la cabeza y un grupo de jóvenes españoles disfrazados de Spider Man.
“Todo el mundo la pasa bien y te recibe como una familia. No se compara a un concierto de rock; es la mejor energía posible”.
Unas 165.000 personas de todas partes del mundo (Bélgica, Alemania, Argentina, Chile, Japón…) van con flores, cuernos u orejas de conejo en la cabeza. Las jóvenes llevan bikini con medias de malla y zapatos Converse. Otros van de superhéroes o incluso de bananas.