El primer ministro británico, Boris Johnson, enfermo de COVID-19, avanzaba en su convalecencia en el hospital, tras haber salido de cuidados intensivos.
El gobierno británico pidió el viernes a la población respetar el confinamiento a pesar del tiempo primaveral de este fin de semana de Pascua, tras reportar un récord diario de casi 1.000 muertos por el coronavirus, que contagió al primer ministro, convaleciente en el hospital.
El Reino Unido registró 980 nuevas muertes en las últimas 24 horas, lo que supone un número récord que lleva el balance total a 8.958 fallecidos por el nuevo coronavirus, anunció el secretario de Salud Matt Hancock este viernes.
“Por más cálido que sea el clima, por más tentador que sea tu parque o tu playa, todo el mundo debe quedarse en casa. Porque en los hospitales del país, el personal del servicio público de salud lucha día y noche para que las personas desesperadamente enfermas puedan respirar”, manifestó.
En una nota positiva en este sombrío panorama, el primer ministro británico, Boris Johnson, enfermo de COVID-19, avanzaba en su convalecencia en el hospital, tras haber salido de cuidados intensivos el jueves.
“El primer ministro ha podido caminar un poco, entre períodos de descanso, en el marco de los cuidados que recibe para ayudarle a recuperarse”, declaró su portavoz.
“Su ánimo sigue siendo muy bueno”, añadió, y precisó que está en la “fase inicial” de su recuperación y que retomará las riendas del ejecutivo cuando “la opinión de su equipo médico” sea favorable.
– “Tiene que descansar” –
El líder conservador de 55 años es el único jefe de gobierno de una gran potencia contagiado de COVID-19, que ha causado cerca de 9.000 muertos en el Reino Unido.
Fue hospitalizado el domingo y un día después ingresó en cuidados intensivos porque los síntomas de la enfermedad no remitían. Recibió tratamiento a base de oxígeno, pero no necesitó que le colocaran un respirador.
El jefe de la diplomacia, Dominic Raab, quedó a cargo del gobierno durante su ausencia.
El portavoz afirmó el jueves que Johnson estaba bajo una “estrecha vigilancia”.
“Tiene que descansar […], no creo que podamos decir que se libró” del coronavirus, indicó el padre del primer ministro, Stanley Johnson, a la BBC.
“Debe tomarse su tiempo. No creo que uno salga y vuelva directamente a Downing Street y retome las riendas sin un periodo de reajuste”, agregó.
Según Tom Wingfield, del instituto de medicina tropical de Liverpool, una “vigilancia estrecha” en el hospital conlleva la “toma regular de las constantes vitales, como la tensión arterial, el pulso, la frecuencia respiratoria y la saturación de oxígeno”.
“Cada paciente es distinto y el tiempo necesario para estar suficientemente en forma como para salir del hospital o recuperarse completamente puede variar mucho”, añadió.
– Hacia la prolongación del confinamiento –
Así las cosas, el gobierno advirtió el jueves que habría que preparase para una prolongación del confinamiento, en principio previsto por tres semanas -hasta el lunes-, aunque en principio no tomarán una decisión formal al respecto hasta finales de la semana próxima.
El gobierno teme que si se dejan de cumplir las normas de confinamiento, se produzca una segunda ola de contagios, mientras que todavía no se ha alcanzado el pico de la enfermedad.
De hecho, el director de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió este viernes que un levantamiento demasiado rápido del confinamiento en el que está más de la mitad de la población mundial podría llevar a un “rebrote mortal” del virus.
En todo este contexto, el ministro de Vivienda, Robert Jenrick, fue criticado este viernes en la portada de varios periódicos por haber ido a visitar a sus padres, a unos 60 km de su casa, a pesar de los mensajes oficiales.
Jenrick se justificó por Twitter afirmando haber llevado medicamentos a sus padres, ancianos y en cuarentena.
Por su parte, el jefe de los servicios sanitarios, Chris Whitty, manifestó su preocupación por los efectos devastadores que podría tener un confinamiento prolongado, como el empobrecimiento de la población, la suspensión temporal de cuidados regulares, una caída de la vacunación de niños y más depresiones o suicidios, informó el diario The Telegraph.