La mayoría de ellos son estudiantes de escuelas coránicas rodeadas de controversia y suelen ser vistos mendigando en las calles del norte del país, mayoritariamente musulmán.
Los niños hacen fila ante los autobuses que los llevarán lejos de Kano. Son centenares. Después de anotar sus nombres y tomar su temperatura, las autoridades los llevarán fuera esta ciudad del norte de Nigeria para protegerlos del nuevo coronavirus.
La mayoría de ellos son estudiantes de escuelas coránicas rodeadas de controversia y suelen ser vistos mendigando en las calles del norte del país, mayoritariamente musulmán.
Para frenar la propagación del coronavirus las autoridades locales han decidido evacuar a unos 250.000 niños de esta ciudad de cuatro millones de habitantes y enviarlos de vuelta a sus aldeas.
“Por ahora, vamos a evacuar a 1.595 niños”, dijo a la AFP Muhammad Sanusi Kiru, responsable del ministerio de Educación en Kano, refiriéndose a los primeros autobuses que estaban a punto de partir esta semana.
“Es un proceso por fases, los recogemos (a los niños) poco a poco”, añadió.
Las calles de esta bulliciosa ciudad comercial, que tiene 73 casos de coronavirus confirmados oficialmente y un fallecimiento, han estado vacías desde que se decretó el confinamiento, la semana pasada.
El gobierno de Kano calcula que puede haber varios millones de menores mendigos en todo el estado y teme una propagación del virus que podría resultar catastrófica debido a la precariedad e ineficacia de las infraestructuras de salud.
– “Condiciones desastrosas” –
En esta región muchas familias envían a sus hijos desde los seis años para estudiar el Corán con maestros religiosos en escuelas no oficiales, llamadas Almajiri.
Las lecciones son gratuitas, pero los niños tienen que valerse por sí mismos, generalmente mendigando o haciendo diversos trabajos.
Estas escuelas, que también hacen las veces de reformatorios de jóvenes drogadictos, estuvieron en el centro de un escándalo el año pasado, cuando varias redadas policiales en ciudades del norte mostraron las condiciones inhumanas en las que vivían niños y jóvenes.
Algunos fueron encontrados encadenados y cientos vivían hacinados en habitaciones sucias donde la tortura y la violación eran prácticas generalizadas.
En una carta publicada en marzo una ONG nigeriana, Almajiri Child Right Initiative, pidió que, en la medida de lo posible, los niños fueran llevados a sus casas y que los que se quedaran recibieran ayuda alimentaria.
“Las escuelas oficiales han cerrado sus puertas en todo el país para controlar la probable propagación de la pandemia (…), pero no se ha aplicado una medida similar en las escuelas Almajiri”, según la ONG. Dadas las condiciones “desastrosas” en las que viven estos niños, “creemos que no hay un entorno peor” para ellos en este momento.
– “Voluntarios” –
Kano sigue así los pasos de los estados vecinos de Kaduna y Nasarawa, que ya han evacuado a cientos de niños de las grandes ciudades, como parte de una resolución adoptada por 19 gobernadores del norte del país para luchar contra la mendicidad en el contexto de la crisis por la pandemia.
Las autoridades de Kano explicaron que pidieron, a través de mensajes de radio, a los líderes religiosos que evacuaran a sus alumnos y aseguraron que los primeros 1.595 niños se van de forma “voluntaria”.
“Los maestros que trajeron a estos niños a Kano son los que voluntariamente nos llaman para que los recojamos”, dijo Kiru. “No los estamos obligando a abandonar el estado”, agregó.
Para el activista Saminu Dala, los 250.000 jóvenes mendigos identificados hasta ahora “representan solo una parte del número real”.
“En una emergencia como esta es necesario ser severo y usar el poder para evacuar a estos niños”, por la fuerza si es necesario, dijo a la AFP.
En febrero, antes de que el coronavirus llegara a la región, este estado nigeriano prohibió la mendicidad callejera. La policía responsable de hacer cumplir la sharia, la ley islámica, recibió la orden de arrestar a religiosos y padres que violaran la medida.
Pero solo 1.500 niños regresaron a sus hogares y la presión de las autoridades disminuyó progresivamente.