Pequeños grupos, sentados en los balcones a la luz de las velas o asomando por las ventanas, disfrutan de la película mientras prueban platos preparados por un fabricante local de refrigerios.
En Berlín, como en todas partes, el aburrimiento va ganando terreno a medida que se va alargando el confinamiento, y los cines, teatros, bares y restaurantes siguen cerrados a cal y canto.
Pero los habitantes han puesto en marcha una iniciativa para divertirse juntos sin correr el riesgo de contagiarse: ver películas proyectadas en los muros de los patios de los edificios.
“Tenemos esta pared blanca y siempre habíamos pensado que teníamos que proyectar una película”, explica Carola Lauter, que se puso en contacto con “Windowflicks”, el organizador de estas sesiones cine al aire libre.
El grupo, apoyado por la empresa local de cines Yorck, aceptó su pedido para proyectar “Loving Vincent”, un filme de animación sobre la vida del artista Vincent Van Gogh.
Al caer la noche, los vecinos del barrio se ven sorprendidos por los intensos colores de la película proyectada en el edificio cercano.
“Aquí sentimos un cierto letargo, miedo e incertidumbre después de todas estas semanas, así que pensé que estaría bien para ellos ofrecerles alguna cosa positiva, revitalizante”, añade Carola Lauter.
Pequeños grupos, sentados en los balcones a la luz de las velas o asomando por las ventanas, disfrutan de la película mientras prueban platos preparados por un fabricante local de refrigerios.
“Como no hemos podido ir al cine desde hace semanas, el cine viene a nosotros”, explica Undine Zeibig, vecina del inmueble, para quien es una “muy buena” idea.
“Esperamos que mucha gente haga donaciones”, añade su marido Uwe, “será bueno para los artistas” porque “lo necesitan de verdad en estos tiempos”.
Los cines de Berlín no venden más entradas y se agruparon para lanzar un llamado a donaciones con el objetivo de conseguir 700.000 euros.
Este viernes, el monto alcanzado llegaba a los 100.000 euros, con una donación promedio de 44 euros.
“Nos dijimos: la gente quiere vivir algo, entonces llevémoslo a sus balcones, a sus ventanas”, explica Olaf Karkhoff, que lidera la iniciativa Windowflicks, un nombre que hace “alusión a la famosa plataforma de streaming”.
Además de las proyecciones de filmes, Karkhoff planea organizar otros eventos, como “un concierto o varios conciertos simultáneos en un centenar de patios”.
Un proyecto que le interesa especialmente es el de convencer al escritor y viajero francés Sylvain Tesson para que le preste “sus montajes de fotografía, que podríamos proyectar durante un concierto de música clásica”, explica.