Estamos muy concentrados en el tema de la pandemia, los efectos sobre la vida humana, las medidas para minimizar los riesgos. Ha sido un esfuerzo de ensayo y error donde la acción médica o sanitaria ha sido zigzageante.
No solo en nuestro país sino en el mundo. En el camino se ha aprendido viendo los resultados de algunos medicamentos y los efectos del virus en el cuerpo humano. Los médicos han podido salvar muchas vidas evitando los efectos paralelos en los pacientes y permitir al cuerpo levantar los necesarios anticuerpos para vencer al virus. Hoy en día, si observamos la realidad de los resultados médicos, los ventiladores si bien útiles y necesarios su disponibilidad no son las únicas armas con la cual cuentan los médicos para combatir la pandemia.
Hasta tanto no se encuentre una vacuna si siento que la situación no se le va a desbordar a los países con una ciudadania responsable con las medidas , como el distanciamiento social, el constante lavado de manos, el no tocarse la cara y el evitar aglomeraciones. Ya los expertos predicen que la mayoría de la población será victima del corona virus. Algunos asintomaticos y otros requerirán cuidados médicos, pero al fin, sera inevitable contraerlo. Esa es nuestra realidad médica hoy.
Se ha establecido una cuarentena total con severos errores desde un inicio pero al fin es leche derramada. Nos corresponde ahora abrir la economía, corregir los errores que se puedan enmendar y seguir adelante quizás con unos parámetros distintos. El mundo ya no será igual y el número de desocupados llegará a cifras no antes vistas. Solo en Estados Unidos al mes de abril la tasa de desempleo subió a 14.7% y las expectativas son del 20% en los próximos 12 meses.
Hay un dicho muy frecuente en círculos económicos que dice: “cuando los Estados Unidos estornuda al mundo le da gripe”. Que nos depara el futuro a nosotros en Panamá. ¿Una tasa de desempleo de 20%? Eso sin contar la suerte de los informales e independientes. El costo social y económico para el país será enorme y es esa otra pandemia que se avecina y no sabemos exactamente como la vamos a enfrentar.
Cuando se abra la economía y todo indica será gradual cuántos despidos masivos enfrentarán las empresas. Las reducción de personal no lo hacen porque quieren, sino por la intempestiva caída de ingresos lo cual impide cubrir los gastos de operación. Esa son los efectos de la pandemia y debemos atender esa realidad de una manera inteligente.
No hay nada peor para el control social en las democracias que tener en paro a un porcentaje alto de la población. La presión social es altísima y puede poner en riesgo la estabilidad política. Mantener al mayor número de personas ocupadas debe ser el objetivo principal del Estdo. No importarán los horarios, no importará si es parcial o por jornada completa, no importarán los turnos. El objetivo debe ser mantener puestos de trabajo disponibles para quien acceda al mercado laboral.
La otra opción es iniciar un proceso de proyectos de infraestructura donde se requiera mayor número de personas. Por ejemplo reparación de calles, mantenimiento y reparación de instalaciones existentes, concluir las obras de infraestructuras inconclusas y abandonadas por los últimos dos gobiernos. El objetivo principal deberá ser sostener la demanda laboral en el país.
Esto viene muy duro para los proximos dos años. No es el fin. Los seres humanos como las naciones se adaptan rápidamente a las nuevas realidades. Pero esa realidad será distinta y con sus propios postulados.