“72 días de no trabajar. El que vive día a día si hoy trabaja, mañana come, si hoy no trabaja, mañana no come”, declaró a medios locales Víctor Aguilar, presidente de la Asociación de Taxistas de Honduras (Ataxish).
Miles de taxistas se movilizaron este miércoles en diferentes ciudades de Honduras para exigir un bono que les permita subsistir durante el confinamiento impuesto por el gobierno para contener la pandemia del nuevo coronavirus.
“72 días de no trabajar. El que vive día a día si hoy trabaja, mañana come, si hoy no trabaja, mañana no come”, declaró a medios locales Víctor Aguilar, presidente de la Asociación de Taxistas de Honduras (Ataxish).
Aguilar encabezó una protesta en el bulevar del Norte de Tegucigalpa, donde los taxistas estacionaron sus vehículos en una de las dos vías y dejaron libre la circulación en la otra.
La movilizaciones se extendieron en San Pedro Sula, El Progreso, el caribeño puerto de La Ceiba (norte), Olancho (este) y Choluteca (sur).
“Queremos un bono de 7.000 lempiras (280 dólares) compensatorio por el tiempo que no hemos estado trabajando. No queremos trabajar porque somos los más expuestos a contraer el virus”, dijo a la televisora HCH un transportista de La Ceiba que no se identificó.
Aguilar se quejó que la semana pasado el gremio se reunió con el ministro de Trabajo, Carlos Madero, y funcionarios del estatal Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT), sin llegar a acuerdos.
“Realmente no han arreglado nada, traen la misma propuesta solo que la disfrazan de otra forma”, denunció.
Desde que el gobierno ordenó un toque de queda tras registrarse a mediados de marzo los primeros casos de coronavirus, se paralizó la economía hondureña y apenas trabajan supermercados, bancos, farmacias y gasolineras.
Luego abrieron restaurantes de comida rápida con servicio a domicilio o autoservicio y la semana pasada retomaron actividades los salones de belleza y las iglesias con medidas de bioseguridad, pero la gente no ha asistido.
Según el último informe del martes, Honduras registra 182 muertos en 4.169 casos de COVID-19, y médicos temen que los hospitales están a punto de colapsar.