El gobierno de Trump, que aplica una política de “máxima presión” contra Irán que incluye fuertes sanciones económicas, no precisó si se trató de un intercambio de prisioneros.
Irán permitió la salida del exmilitar estadounidense Michael White, quien se encontraba rumbo a su país el jueves, tras el arribo a Teherán de un científico iraní liberado por Washington.
“Me complace anunciar que el exsoldado de la Armada Michael White, que ha estado detenido en Irán durante 683 días, está en un avión suizo que acaba de abandonar el espacio aéreo iraní”, dijo en Twitter el presidente estadounidense, Donald Trump.
“Esperamos que muy pronto esté en casa con su familia en Estados Unidos”, agregó el mandatario, quien agradeció a Suiza por su “formidable ayuda”.
Poco antes, la madre del exmilitar, Joanne White, había anunciado el regreso de su hijo a Estados Unidos. “He vivido una pesadilla”, pero “estoy feliz de anunciar que esa pesadilla acabó y que mi hijo está a salvo y en camino a casa”, dijo en un comunicado.
En tanto, Bill Richardson, un exembajador y exgobernador de Nuevo México que a menudo ha manejado casos de alto perfil de estadounidenses detenidos en el exterior, dijo en un comunicado que se había reunido con altos funcionarios iraníes, incluyendo el ministro de Relaciones Exteriores, Mohamad Javad Zarif, para lograr la liberación de White.
– El papel de Suiza –
El gobierno de Trump, que aplica una política de “máxima presión” contra Irán que incluye fuertes sanciones económicas, no precisó si se trató de un intercambio de prisioneros.
Pero el anuncio se produjo un día después del regreso a su país del científico iraní Cyrus Asgari, quien había sido arrestado durante una visita académica en 2016 bajo cargos de robar secretos comerciales y exonerado luego por una corte estadounidense.
En su comunicado, Joanne White dio pocos detalles sobre los pormenores del regreso de su hijo, pero agradeció tanto a Richardson como a los gobiernos de Estados Unidos y de Suiza.
Michael White, que sirvió durante 13 años en la Armada de Estados Unidos, había sido arrestado en julio de 2018 en la norteña ciudad de Mashhad tras visitar a una mujer a quien, según trascendió, había conocido por internet.
El año siguiente fue sentenciado a 10 años de prisión acusado de haber insultado al ayatolá Alí Jamenei, el líder supremo de Irán, y de haber realizado comentarios contra el régimen en las redes sociales bajo un seudónimo.
En marzo, mientras Irán se veía duramente afectado por la pandemia de coronavirus, White fue puesto bajo custodia de Suiza, que maneja los intereses de Washington en Teherán debido a la ausencia de relaciones diplomáticas entre ambos. No obstante, White no fue autorizado a salir del país.
– “¡Envíen el avión!” –
Suiza ya había sido protagonista en el último intercambio de prisioneros en diciembre, cuando el estadounidense Xiyue Wang fue liberado por Irán y el iraní Massoud Soleimani, por Estados Unidos.
Varios irano-estadounidenses, como el empresario Siamak Namazi, su padre Bagher y el ambientalista Morad Tahbaz permanecen detenidos en Irán, y Estados Unidos exige su liberación.
A mediados de mayo, las autoridades iraníes dijeron que querían intercambiar “todos los prisioneros” con Washington.
Pero el jefe del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Ken Cuccinelli, acusó a Teherán de “postergaciones”.
“Tenemos once de sus conciudadanos en situación irregular a quienes estamos tratando de enviar a su país”, dijo Cuccinelli en Twitter. “¡Envíen el avión!”
– Fuertes tensiones –
La tensión en las relaciones entre Irán y Estados Unidos aumentó desde que Trump abandonó en 2018 el acuerdo internacional nuclear firmado entre varias grandes potencias y Teherán.
El mandatario republicano consideró al pacto demasiado débil y restableció, e incluso reforzó, las sanciones contra la República Islámica. En contrapartida, Irán comenzó a desmarcarse de las restricciones impuestas a su programa nuclear.
Trump dice que quiere negociar un nuevo acuerdo, pero varias mediaciones, especialmente emprendidas por Francia, han fallado.
La liberación de prisioneros a menudo se ha visto como una forma de calmar las tensiones, que alcanzaron un punto álgido en enero, tras el asesinato por las fuerzas estadounidenses del poderoso general iraní Qassem Soleimani en un ataque en Bagdad.