El último partido disputado en el feudo madridista fue el clásico contra el Barça del 1 de marzo y desde entonces el estadio está cerrado.
Se acabó la animación en el Camp Nou y en el Santiago Bernabéu: el FC Barcelona y el Real Madrid, dos de los mayores clubes del mundo, deberán finalizar su temporada en silencio, obligados a jugar a puerta cerrada por la pandemia del nuevo coronavirus.
Cuando el 11 de junio vuelva a rodar el balón en la liga española, un callado Camp Nou, el mayor estadio de Europa (99.354 localidades), acogerá las hazañas de los jugadores azulgranas, mientras que el Real Madrid abandonará su feudo del Bernabéu para jugar en su ciudad deportiva, donde habitualmente entrena, en las afueras de Madrid.
Acostumbrado a apasionadas noches de fútbol, como la del 18 de diciembre pasado con el clásico contra el Real Madrid, con las reivindicaciones independentistas catalanas de fondo, el Barcelona deberá acostumbrare a jugar en casa en un gran templo vacío.
Para los azulgranas, no será la primera vez: el Barça ya había ganado un partido de liga española contra Las Palmas por 3-0, con doblete de Leo Messi, en un Camp Nou cerrado al público, el 1 de octubre de 2017, para protestar por la actuación de la policía durante un referéndum ilegal de autodeterminación en Cataluña.
– ‘Tenemos que adaptarnos’ –
“Me gusta conectar con el público, me siento bien y con mucha alegría y garra, pero tenemos que adaptarnos”, afirmó el centrocampista chileno del Barça, Arturo Vidal.
“No viene bien a nadie (que no haya público). A todos los jugadores les gusta jugar en los estadios cuando hay afición. Tenemos que aceptarlo, pero queremos que el público vuelva lo antes posible”, dijo el defensa Clément Lenglet a la plataforma Movistar+.
Mientras, en Madrid, las obras que deben cubrir el Santiago Bernabéu con un techo retráctil y una piel exterior metálica han aprovechado el parón del fútbol para seguir avanzando, tras una breve pausa por el coronavirus.
El último partido disputado en el feudo madridista fue el clásico contra el Barça del 1 de marzo y desde entonces el estadio está cerrado.
El Real Madrid contaba con que las obras continuaran a buen ritmo durante el verano, aprovechando la ausencia de los jugadores, pero con la finalización de la liga española en junio y julio, ha tenido que buscar alternativas.
– Vuelta a los orígenes –
Así, el equipo blanco se ha girado hacia su estadio Alfredo Di Stéfano, habitual sede de juego de su filial, en su ciudad deportiva de Valdebebas, donde jugará los seis partidos que le quedan por jugar en casa.
“¿Bernabéu o Valdebebas? Voto por la (opción) más segura. Pero, a nivel personal, prefiero jugar en el Bernabéu”, decía en mayo el capitán merengue, Sergio Ramos, advirtiendo, no obstante que “se deben respetar las decisiones”.
Las estrellas merengues acabarán su temporada en ese pequeño estadio de 6.000 localidades, que también utiliza el Tacón, futuro Real Madrid femenino.
Una vuelta a los orígenes especialmente para el técnico Zinedine Zidane, que antes de tomar las riendas del primer equipo, dirigió a los jóvenes del Castilla (Segunda División B, tercera categoría del fútbol español) en ese campo durante dos temporadas.
Ante el cambio que supondrá para unas estrellas acostumbradas a jugar en los mejores estadios del mundo, el Real Madrid ya se ha puesto manos a la obra para que sus jugadores estén lo mejor posible.
Se ha colocado más iluminación para mejorar la retransmisión televisiva, se han puesto paneles publicitarios en los lados del terreno de juego y, Paul Burgess, responsable del mantenimiento de campos del club, ha trabajado para preparar lo mejor posible el césped.
El Real Madrid ha organizado un entrenamiento por semana desde finales de mayo en el Alfredo Di Stéfano para que los jugadores se acostumbren a su nueva ‘casa’… y tomen conciencia de la posibilidad de ganar una Liga en un recinto dedicado a una leyenda del club.