La Asociación de Protección del Patrimonio Histórico de Inglaterra condenó el derribo, pero dijo que estaba de acuerdo en que “la estatua es un símbolo de injusticia”.
El espectacular derribo por los manifestantes de la estatua en Bristol de un comerciante de esclavos del siglo XVII causó indignación en el gobierno británico, pero el alcalde de la ciudad afirmó el lunes que prefiere dejarla en un museo que reinstalarla.
La estatua de bronce de Edward Colston fue erigida en 1895 en una calle que lleva su nombre en esa ciudad del suroeste de Inglaterra.
El domingo fue arrancada de su pedestal por un grupo de manifestantes que protestaban por la muerte de George Floyd en Estados Unidos.
“Como representante electo, obviamente no puedo tolerar este daño y estoy muy preocupado por las implicaciones que una manifestación masiva pueden tener sobre una segunda ola” de contaminaciones de coronavirus, dijo el alcalde laborista de Bristol, Marvin Rees, en la BBC.
“Pero soy de origen jamaicano y no puedo decir que tenga una verdadera sensación de pérdida por esta estatua”, agregó explicando que la veía como una “afrenta personal” y que considera su derribo como un momento “histórico”.
Y aseguró que es “muy probable” que la estatua termine en un museo.
Por su parte, la Asociación de Protección del Patrimonio Histórico de Inglaterra condenó el derribo, pero dijo que estaba de acuerdo en que “la estatua es un símbolo de injusticia”.
“No creemos que deba ser reinstalada”, afirmó en un comunicado.
El mantenimiento de esta estatua del comerciante de esclavos y diputado, que financió muchas instituciones en Bristol, había sido objeto de debate durante años.
“Es un hombre responsable de enviar a 100.000 personas de África al Caribe para que se conviertan en esclavos, incluyendo mujeres y niños, con el nombre de su empresa en el pecho”, denunció el líder de la oposición laborista Keir Starmer.
“No se puede tener una estatua de un comerciante de esclavos en el Reino Unido en el siglo XXI”, añadió.
Otra estatua fue atacada el domingo, frente al edificio del Parlamento en Londres, la del ex primer ministro conservador Winston Churchill, un héroe de la Segunda Guerra Mundial, en cuyo pedestal un manifestante escribió “era un racista”.
El primer ministro Boris Johnson condenó la violencia durante las manifestaciones antirracistas del fin de semana pero no hizo comentarios sobre el derribo de la estatua de colston.