Desde la caída del régimen de Muamar Gadafi, en 2011, tras una revuelta popular, Libia se sumió en el caos y en una guerra muy cambiante.
El presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, advirtió el sábado que cualquier avance de las fuerzas del Gobierno de Acuerdo Nacional libio (GNA), apoyadas por Turquía, hacia la ciudad libia de Sirte, podría conducir a una intervención “directa” de El Cairo en apoyo de su aliado, el mariscal Jalifa Haftar.
Con el respaldo turco, las fuerzas leales al GNA -el gobierno reconocido por la ONU con sede en Trípoli- lograron importantes victorias contra las tropas de Haftar desde inicios de junio y retomaron el control del noroeste de Libia.
Las fuerzas del mariscal, hombre fuerte del este libio apoyado entre otros por El Cairo, han retrocedido en las últimas semanas y sufrieron reveses que comportaron el fracaso de su ofensiva contra Trípoli, lanzada en abril de 2019.
Las fuerzas del GNA siguen sin embargo frenadas en su avance hacia la ciudad costera de Sirte, punto estratégico hacia el este y bajo control de Haftar.
Ciudad natal del exdictador Muamar Gadafi -derrocado y asesinado en 2011-, Sirte, así como Al-Jufra, situada más al sur, representan una “línea roja”, advirtió Al Sisi en un discurso transmitido por televisión.
Si se cruza esta línea, la seguridad de Egipto, que comparte una porosa frontera con Libia, requeriría una “intervención directa” de las fuerzas egipcias en el país, declaró.
“Cualquier intervención directa de Egipto se ha vuelto legítima a nivel internacional, ya sea según la carta de la ONU sobre la legítima defensa o que se base en la sola autoridad legítima elegida por el pueblo: el parlamento libio” con sede en el Este, afirmó Al Sisi.
“Si el pueblo libio nos pide intervenir, es una señal enviada al mundo de que Egipto y Libia comparten (…) intereses comunes, la seguridad y la estabilidad”, agregó.
En respuesta, el GNA rechazó el sábado una posible intervención egipcia en la guerra civil que asola el país.
“Rechazamos de plano lo que ha dicho Al Sisi y lo consideramos una prolongación de la guerra contra el pueblo libio, una interferencia en los asuntos libios y una peligrosa amenaza para la seguridad nacional”, declaró Mohamed Amari Zayed, miembro del consejo presidencial del GNA, reconocido por Naciones Unidas.
– Tregua con condiciones –
Por su parte, Ankara exigió el sábado la retirada de las tropas del mariscal Haftar de la ciudad de Sirte como condición previa a la instauración de una eventual tregua.
“Un alto el fuego debe ser viable […], lo que significa que las fuerzas de Haftar deben retirarse de Sirte y de Al-Jufra”, declaró el portavoz de la presidencia turca, Ibrahim Kalin, durante una entrevista con la AFP en Estambul.
Estas advertencias sucesivas llegaron después de que el gobierno egipcio invitara al GNA, en vano, a una reunión de emergencia sobre Libia dentro de la Liga Árabe, que tiene su sede en El Cairo.
El GNA y Turquía se mostraron escépticos respecto a esta reunión, considerando que la iniciativa egipcia perseguía principalmente hacerle ganar tiempo a Haftar, quien también cuenta con el apoyo de Emiratos Árabes Unidos y Rusia.
Emiratos Árabes Unidos afirmó el sábado que estaba “al lado de Egipto para todas las medidas que tome con el fin de garantizar la seguridad y la estabilidad” frente al conflicto en Libia, según el Ministerio de Relaciones Exteriores.
En la misma línea, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Arabia Saudita manifestó su “apoyo a Egipto en su derecho a defender sus fronteras y su pueblo contra el extremismo, las milicias terroristas y sus apoyos en la región”.
Ankara, sumida también en conversaciones con Moscú para alcanzar un nuevo alto el fuego en Libia, tras el fracaso de treguas precedentes, lanzó un dardo a Francia, acusada de apoyar al mariscal Haftar.
“El gobierno francés apoya al jefe de guerra ilegítimo”, denunció Kalin. “Pese a ello, [los responsables franceses] continúan criticándonos. Pero nosotros estamos trabajando con los actores legítimos y es Francia la que trabaja con los malos actores”.
El miércoles, durante una reunión por videoconferencia de los ministros de Defensa de la OTAN (a la que pertenecen Francia y Turquía), Francia criticó el comportamiento “extremadamente agresivo” de Turquía contra una de sus fragatas en el Mediterráneo y recalcó que la implicación de Ankara socavaba cualquier esfuerzo de tregua en Libia.
Desde la caída del régimen de Muamar Gadafi, en 2011, tras una revuelta popular, Libia se sumió en el caos y en una guerra muy cambiante, que ganó complejidad con la creciente presencia de actores internacionales.
Convirtieron a Libya los mercaderes de armas en su nueva Syria…