Los estados del sur y oeste de Estados Unidos están siendo duramente impactados por el Covid-19.
Alcaldes del sur y del oeste de Estados Unidos alertaron el domingo que sus ciudades están en riesgo de verse sobrepasadas por el aumento de contagios de covid-19, ante un retroceso en el combate del virus y los intentos del presidente, Donald Trump, de minimizar la gravedad de su propagación.
La covid-19 está causando estragos en estados del sur y oeste del país. En los últimos días, Florida registró 10.000 nuevos casos, Arizona ha visto un récord de hospitalizaciones y las unidades de cuidados intensivos en Houston, Texas, están operando cerca de su máxima capacidad.
Funcionarios locales han empezado a desesperarse y a dejar entrever la posibilidad de emitir órdenes de confinamiento, mientras que Trump continúa restando importancia a la enfermedad con acciones como evitar usar mascarilla y organizar mítines. El mandatario insiste regularmente en que pronto habrá una vacuna y hace referencia a la baja proporción de casos graves entre los contagiados.
“Los mensajes confusos” del presidente han sido un problema, dijo a la cadena ABC Kate Gallego, la alcaldesa de Phoenix, Arizona.
– Aglomeraciones y champaña gratis –
“Trump estuvo en mi comunidad, optó por no usar mascarilla y realiza grandes eventos mientras yo trato de que la que gente no salga”, dijo Gallego, del Partido Demócrata.
La alcaldesa dijo que Arizona empezó a reabrir su economía demasiado pronto. “Teníamos bares abarrotados con champán gratis, sin mascarillas”, agregó.
La insuficiente capacidad para hacer test ha provocado que personas, incluidas algunas con síntomas, tengan que esperar hasta ocho horas en sus autos para hacerse el examen, dijo Gallego.
Sin embargo, cuando pidió ayuda a la Agencia Federal de Gestión de Emergencias para hacer más pruebas, “nos dijeron que estaban dejando de hacer eso (…), como si estuvieran declarando la victoria”.
La ocupación en las unidades de cuidados intensivos en los hospitales de Arizona es de casi el 100%, según el periódico Arizona Republic. El estado ha superado la marca de 1.800 muertes.
– Cautela sobre la vacuna –
El jefe de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA), Stephen Hahn, fue más cauteloso cuando se le preguntó por el optimismo del presidente.
Sobre la predicción de Trump de que “a más tardar a finales de año” habrá una vacuna disponible, Hahn dijo que, pese a que se han hecho esfuerzos de investigación con una “velocidad sin precedentes”, no puede “predecir cuándo habrá una vacuna disponible”.
Pocos expertos esperan que para fin de año haya una vacuna disponible de forma masiva.
“Cada caso, cualquier muerte es trágica”, dijo a ABC Hahn respecto a las afirmaciones del mandatario de que el 99% de los casos de covid-19 son “totalmente inofensivos”.
La jueza Lina Hidalgo, una demócrata que encabeza el ejecutivo de un condado en el área de Houston, emitió una orden de confinamiento al principio de la pandemia, pero el gobernador de Texas, Greg Abbott, prohibió ese tipo de restricciones en los gobiernos locales.
Ante el claro retroceso por el aumento de contagios, este gobernador republicano ordenó el uso de mascarillas en la mayoría de los condados del Texas.
“Lo que estamos viendo”, dijo Hidalgo a ABC, “es que las ilusiones no son ni una buena política económica ni una buena política de salud pública”.
– Excedidos en sus capacidades –
La jueza dice que los hospitales en Houston, que tiene el complejo médico más grande del mundo, y en docenas de ciudades en Texas están “excedidos en sus capacidades”.
Alentados por Trump, los estados con playas y buen clima fueron de los primeros en reactivar sus economías.
“La ciudad de Miami fue la última ciudad en todo el estado de Florida en reabrir”, dijo a ABC el alcalde republicano, Francis Suárez.
“Fui muy criticado por esperar mucho tiempo. Cuando reabrimos, la gente empezó a socializar como si el virus no existiera”.
Tom Bossert, el exasesor de seguridad nacional de Trump, advirtió que las cosas podrían empeorar aún más.
Desde el 19 de junio Florida ha registrado 100.000 nuevos casos de coronavirus.
“Esa gente sigue siendo infecciosa… Hay una sólida razón para creer que ahora mismo, hoy en día, hay 500.000 personas infecciosas en Florida”.
“Las mascarillas por sí solas no lo eliminarán”.