En poco más de un año en el poder, Bukele ha gobernado con minoría parlamentaria, en un permanente enfrentamiento con el Legislativo e incluso con la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se prepara para tomar el Congreso en los comicios de febrero de 2021, en una batalla frente a una oposición debilitada y con dificultades que amenazan su existencia, estiman analistas.
En poco más de un año en el poder, Bukele ha gobernado con minoría parlamentaria, en un permanente enfrentamiento con el Legislativo e incluso con la Corte Suprema de Justicia (CSJ).
El presidente de 39 años tomó posesión del cargo el 1 de junio de 2019, poniendo fin a 30 años de gobiernos de la derechista Alianza Republicana Nacionalista (Arena) y del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Pero los dos partidos siguen siendo mayoritarios en la Asamblea Legislativa, el Congreso unicameral del país centroamericano.
La pandemia de covid-19 ha forzado a una buena parte de la población a informarse de la situación del país por Twitter, una red muy bien aprovechada por el mandatario para hacer anuncios y dar órdenes que producen “la ilusión del cambio”, según un análisis del semanario Proceso de la UCA.
Para consolidar su avance con una bandera propia, Bukele, que goza de un fuerte respaldo popular, transformó su movimiento Nuevas Ideas en un partido político, manteniendo como aliada a la Gran Alianza Nacional (Gana), un pequeño movimiento conservador con el que disputó la presidencia.
Nuevas Ideas, según Andrade, “es el partido del momento (…) Está capitalizando preferencias no solo por su novedad y rostros jóvenes, sino también por el respaldo que está recibiendo desde el Ejecutivo”.
Tener un Parlamento a su favor le permitirá “determinar la forma en que la población percibirá el segundo año de gestión del actual gobierno”, declaró a la AFP Laura Andrade, directora del Instituto de Opinión de la Universidad Centroamericana (UCA).
– “La Asamblea que queremos” –
“Lo que está en juego [en los comicios de febrero] es la posibilidad de hacer reformas constitucionales que podrían ir en la línea de las pretensiones que parece tener el presidente” de aspirar a la reelección, actualmente vedada en la Constitución, estimó Saúl Baños, de la Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (Fespad).
Con su alta popularidad, Bukele adelanta: en 2021 “vamos a tener la Asamblea que queremos”. Pero según analistas, por el complejo sistema electoral de distribución proporcional de votos, difícilmente alcanzará la mayoría calificada de 56 escaños, necesaria, entre otros asuntos, para la ratificación de préstamos, la elección de magistrados de la Corte Suprema y del fiscal general.
Para el politólogo Saúl Hernández, con un control de la mayoría simple (43) de los 84 diputados del Congreso, se podrán aprobar “sin mayor discusión previa” las leyes e iniciativas que surjan desde la casa presidencial.
“Lo que podemos consignar de una manera muy clara con los hechos es que este presidente le huye a la rendición de cuentas, le huye a ser cuestionado, le incomoda de alguna manera los balances dentro del Estado”, subrayó Hernández.
El FMLN y Arena se han opuesto en el Parlamento a la aprobación de préstamos y, sin un diálogo con el Ejecutivo, el país se quedó desde el 14 de junio sin una ley de emergencia que regule la cuarentena obligatoria para afrontar la pandemia de covid-19.
El 9 de febrero pasado, para presionar por la aprobación de un préstamo para la seguridad, Bukele ocupó con militares fuertemente armados y policías el recinto legislativo, agudizando la confrontación.
Para una cuarta parte de los salvadoreños “la confrontación” entre el presidente y otros poderes públicos es el principal problema que enfrenta el país, según la más reciente encuesta de la UCA.
Mientras Bukele se consolida, la oposición luce debilitada.
Arena y el FMLN “tienen dificultades serias que atentan incluso con su existencia”, porque “no solo les afecta la campaña de ataque y desprestigio que impulsa el presidente”, sino también sus luchas intestinas, según Andrade.
“Una de las cosas que creo que todos debemos estar conscientes es de que saquemos a esa clase política podrida de la Asamblea Legislativa”, dijo Bukele esta semana en una entrevista televisiva. “No han hecho nada más que bloquear las medidas para el pueblo salvadoreño”.