La idea surgió ante la parálisis de la compañía dedicada originalmente a la organización de festivales masivos.
El distanciamiento impuesto por la pandemia ya no es un impedimento para que las familias puedan conocer a sus recién nacidos en el norte de México. Empresarios afectados por la crisis convirtieron furgonetas en vitrinas de acrílico para el primer cara a cara.
Un sillón, plantas e imágenes de cuentos infantiles adornan la cabina del vehículo que se estaciona frente a la casa del bebé. Los padres presentan al niño a abuelos y demás familiares desde el cubículo para prevenir contagios.
Por la “Baby Cabin Parade”, el recién nacido Luca ya fue orgullosamente mostrado a sus parientes en la ciudad de Monterrey.
“Les sorprendió a todos porque estaban esperando a que pasara un mes o un mes y medio” para poder conocer al niño, a quien solo habían visto “por videollamadas, fotos”, comentó a la AFP Jacobo Rodríguez, papá de Luca, tras el encuentro.
Unos 15 padres, la mayoría primerizos y ansiosos de presentar a sus hijos, ya han pagado el servicio de unos 40 dólares la hora, y hay reservaciones hasta octubre, detalló a la AFP Rogelio Gil, uno de los dueños de la empresa.
La idea surgió ante la parálisis de la compañía dedicada originalmente a la organización de festivales masivos, y por el nacimiento de la hija de un socio de Gil, cuyos abuelos tuvieron que esperar meses para conocerla.
Así que hace tres semanas convirtieron las cajas de dos furgonetas, destinadas antes a publicidad, en aparadores sellados a los que acondicionaron un espacio exterior para dejar regalos.
La covid-19 ha impactado fuertemente a la economía mexicana, que en el segundo trimestre tuvo una caída de 17,3%, la mayor desde que inició el registro en 1983.
En México, de 128,8 millones de habitantes, el nuevo coronavirus deja 54.666 muertos y 498.380 casos confirmados.
– Abuelos en la fila –
A Nancy Núñez, amiga de Jacobo y su esposa, la cabina para bebés le pareció genial.
“Ya lo conoces más de cerca, le puedes tomar tú mismo la fotografía, saludar a ellos como padres de Luca, en este caso, y sobre todo bendecirlos”, comenta Núñez.
Los escaparates son desinfectados y tienen filtros de aire y aire acondicionado, pues en Monterrey, donde surgió el negocio, las temperaturas por estos días alcanzan los 40 grados centígrados.
Desde el interior, los padres se comunican por micrófono.
“Me ha tocado ver a abuelos muy emocionados. Ancianos que creían que pasarían más meses antes de conocer a sus nietos”, cuenta Gil.
Y aunque la oferta se centra en bebés, el empresario ya tiene un contrato para que una pareja de abuelos se proteja en el interior de la cabina durante un evento familiar que se llevará a cabo en un rancho de las afueras de la ciudad.