La suspensión del plebiscito enterró la posibilidad de que se dé en enero. Si Maduro es revocado después de esa fecha, el vicepresidente concluiría su mandato, asegurando el “chavismo” hasta 2019
La oposición de Venezuela convocó este miércoles a una huelga general durante una multitudinaria concentración en Caracas, buscando redoblar la presión para un cambio de Gobierno en medio de una crisis política y económica que se agrava.
Desde temprano el miércoles, cientos de miles de manifestantes se sumaron a la “toma deVenezuela“, una masiva protesta en todo el país detonada por la decisión del Consejo Nacional Electoral (CNE) de postergar un referéndum revocatorio del mandato del presidente Nicolás Maduro.
“Estamos convocando para el viernes a una huelga nacional, el país desierto el viernes, en protesta por la violación a nuestro derecho al voto”, dijo el secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, a un mar de gente en una autopista de la capital.
Torrealba dijo que el paro durará 12 horas y que, además, planean marchar el 3 de noviembre hacia el Palacio de Gobierno si el CNE no reactiva el proceso para convocar al plebiscito.
“Le exigimos al Gobierno que levante la decisión de suspensión del proceso y ponga fecha para el 20 por ciento”, advirtió Henrique Capriles, líder opositor, sobre el porcentaje de firmas que debían recoger para dar inicio a la consulta.
En abril del 2002, una masiva protesta antigubernamental que llegó hasta el Palacio de Miraflores, en el centro de Caracas, devino en un breve golpe de Estado contra el entonces presidente Hugo Chávez dejando, además, decenas de fallecidos.
La suspensión del plebiscito enterró la posibilidad de que se dé antes del 10 de enero del 2017. Si Maduro es revocado después de esa fecha, el vicepresidente concluiría su mandato, asegurando la permanencia del “chavismo” en el poder hasta 2019.
DIÁLOGO Y RETÓRICA
Al otro lado de la ciudad, miles de seguidores del Presidente se congregaron junto al Palacio de Miraflores para mostrar su apoyo a la “revolución socialista”.
“Hay dos opciones: dejar que ellos le hagan daño al país o salir a trabajar ¿Qué vamos a hacer? ¡Que el pueblo decida!”, dijo Maduro, refiriéndose al llamado de huelga.
Y, enseguida, desafió los llamados a marchar hacia la sede del Gobierno: “Aquí estaré en este palacio que le pertenece al pueblo de Venezuela. A este Palacio de Miraflores no vendrá ni entrará más nunca la oligarquía pitiyanqui de Venezuela“.
A pesar de todo, Maduro insistió en dialogar con la oposición, aún cuando para sentarse sus adversarios exigen que se active el plebiscito, se libere a los “presos políticos” y se garantice la independencia de los poderes públicos.
En el resto de las principales ciudades del país, multitudes opositoras marcharon a las sedes del árbitro electoral y los tribunales en protestas que terminaron con una decena de heridos tras enfrentamientos con las fuerzas del orden.
El Parlamento dominado por la oposición aprobó el martes el inicio de un juicio político a Maduro. Pero, a diferencia de lo que ocurrió en Brasil, donde Dilma Rousseff terminó siendo destituida, la decisión del Congreso no tendría validez porque el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) considera que el legislativo está en “desacato”..
La oposición responsabiliza a Maduro de la aguda crisis del país petrolero, con una inflación de tres dígitos, recesión económica, constantes fallas en los servicios públicos y una escasez persistente de alimentos y medicinas.
“Queremos que Maduro se vaya. No es posible que nuestros hijos sufran de esa forma”, dijo, entre lágrimas, María Rojas, una decoradora, madre de dos pequeños. “Vamos a marchar hasta donde sea, hasta cuando sea. Queremos un cambio”.
No estamos poniendo la huella para el revocatorio hoy porque nos quitaron el derecho, pero estamos ejerciendo la desobediencia civil. pic.twitter.com/gXgnznP5di
— Lilian Tintori (@liliantintori) October 26, 2016