La emisión será semanal y estará totalmente unida a la actualidad.
Cuando los británicos les dijeron adiós eran Tony Blair, Juan Pablo II o Lady Di y 24 años más tarde verán a Boris Johnson, Greta Thunberg o Kim Kardashian. Los irreverentes guiñoles británicos del programa “Spitting Image” (Vivo retrato) regresan este sábado a las pantallas de los telespectadores.
En total, habrá 100 nuevas marionetas de látex. Entre ellas también estarán el presidente estadounidense Donald Trump, el fundador de Facebook, Mark Zuckerberg y el príncipe Enrique y su esposa Meghan.
Este programa de televisión se emitió entre 1984 y 1996 y llegó a ser visto por 15 millones de telespectadores cada noche.
Su humor incisivo y por momentos conmovedor tornó la vida política más comprensible y cercana para el gran público y también sirvió para denunciar las reformas de la primera ministra Margaret Thatcher y Ronald Reagan.
Sus chistes siguen estando aún presentes en la memoria de los británicos: una Reina madre muy aficionada a la ginebra, un presidente estadounidense Ronald Reagan sin cerebro y una Margaret Thatcher que trataba a sus ministros de vegetales.
Es “un buen momento” para rescatar la emisión, dijo su cocreador Roger Law, para quien la efervescencia social generada en este momento por el Brexit “no es diferente” a la existente en los años 80.
La emisión será semanal y estará totalmente unida a la actualidad. En el primer episodio no será demasiado benevolente con Trump ni con el primer ministro británico, Boris Johnson.
También mostrará al príncipe Enrique buscando en vano un trabajo en Los Ángeles o a la activista contra el cambio climático Greta Thunberg, presentando la previsión meteorológica. En este caso, la opinión pública ya reaccionó criticando que haya burlas contra una chica joven y que sufre una forma leve de autismo aunque ella dijo que le “gustó” verse convertida en un guiñol.
“No quiero ofender realmente a la gente”, dijo su autor principal, Jeff Westbrook, confiando en que la emisión se entienda como una sátira más que como una burla cruel.
¿Tendrá hoy el mismo éxito que hace algunos años? “Spitting Image era necesario para sacudir a los prepotentes, a los fanáticos y a los corruptos.
Y esa necesidad sigue siendo igual de urgente hoy”, estima Lucy Delap, profesora de Historia en la Universidad de Cambridge.