En un comunicado, la Defensoría del Pueblo informó que detectó una serie de irregularidades en torno a temas estructurales en el penal Nueva Esperanza.
La Defensoría del Pueblo se trasladó la mañana de este viernes al Centro Penitenciario Nueva Esperanza, en Colón, en atención a quejas vertidas por los privados de libertad, respecto a las condiciones en las que cumplen sus condenas.
En un comunicado, la Defensoría confirmó que durante el recorrido constató una serie de anomalías en las infraestructuras de este penal panameño.
“Entre las irregularidades observadas están inodoros colapsados, desborde de aguas de excretas en pasillos de constante paso, lonas extendidas como techos contra goteras a causa de filtraciones de agua en las losas”, precisó la entidad.
De igual forma, según la Defensoría, se constató techos deteriorados y debilitados, filtraciones de agua de todo tipo en paredes, altos niveles de humedad por la presencia de hongos, falta de ventilación y altas temperaturas, celdas clausuradas por desbordes de aguas de excretas o por invasión de roedores u otras plagas, malos olores, así como el colapso de tanque sépticos.
La entidad precisó que también detectó el hacinamiento de los reclusos y el aislamiento voluntario de algunos privados por conflictos pandilleriles.
“Los privados de libertad indicaron que podrían iniciar próximamente una huelga por los problemas que padecen en las celdas y por retrasos o dilatación de sus procesos judiciales”, acotó la Defensoría.
Respecto a las situaciones observadas, la entidad informó que se comprometió a abrir una queja y establecer los canales con el Ministerio de Gobierno a fin de atender los hallazgos y quejas de los privados de libertad.