Antes de iniciar el proyecto, la explotación tenía un promedio de 11% en la tasa de preñez, luego en 2017 con el sistema de collares la tasa de preñez se incrementó a 19%.
Cuantificar y llevar un registro electrónico para detectar el celo en los vientres en pastoreo mediante collares inteligentes ha representado en los últimos años, una mejora significativa en el manejo reproductivo del hato, lo que permite disminuir el intervalo entre partos y representa eficiencia económica en la producción láctea.
Un ejemplo en Panamá que aplica la utilización de estos collares en vientres bovinos es Zaragoza Ganadera, S.A. cuya operación se encuentra en Volcán, provincia de Chiriquí. La empresa administrada por Peter Janson fue beneficiada a través de la Convocatoria Pública de Proyectos de Innovación Empresarial 2016, de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (SENACYT), con el proyecto “Implementación de podometría a como herramienta para el mejoramiento reproductivo de la empresa Zaragoza Ganadera, S.A.
En la finca, cada res porta un collar inteligente con georreferenciación que, una vez colocado, manda mensajes directos a una antena para luego ser almacenados y procesados en una base de datos de forma automática. Allí llega todo tipo de información sobre el comportamiento del animal desde si está enfermo, cuánto come y bebe o si está lista para ser inseminada artificialmente. Este último punto es aplicado para disminuir los intervalos entres partos, ya que se utiliza el proceso de celo, para establecer estrategias para la inseminación de un mayor volumen de vacas.
Janson comentó, que antes de iniciar el proyecto, la explotación tenía un promedio de 11% en la tasa de preñez, luego en 2017 con el sistema de collares la tasa de preñez se incrementó a 19% manteniéndose hasta el momento. La finca maneja entre 420 a 450 vacas en ordeño. Todas con collar electrónico.
“Aumentar la tasa de detección de celos tiene una relación directa con la tasa de preñez del hato”, dijo Janson La última tasa de preñez se trata de la velocidad con la que se preñan las vacas y es el objetivo para monitorear la reproducción en primera instancia. Explicó que “es el primer indicador que refleja la eficiencia del sistema en forma global e integral. La tasa de preñez se mide cada 21 días (un ciclo estral) y representa la proporción de vacas que se preñan en un ciclo. Cuando se habla de Tasa de Preñez anual se hace referencia al promedio ponderado de los 17 o 18 ciclos que tiene un año, unos 21 días cada uno”.
Un ejemplo que detalló, Peter Janson es la comparación de intervalo entre parto promedio en enero de 2017 (423 días de intervalo entre partos), el cual es el reflejo del desempeño reproductivo previo a la implementación del sistema “Silent Herdsman”, con el intervalo entre partos de enero de 2019 (399 días de intervalo entre partos), observándose una disminución de 24 días de intervalo entre partos.
Matemáticamente, detalló que disminuir el intervalo entre partos en relación con el precio promedio ponderado del litro de leche pagado a la empresa y el promedio de producción por vaca por día ponderado es de B/. 0.65 y 22.41 litros respectivamente, con lo que se puede determinar que el impacto económico por cada día de intervalo entre parto disminuido en la empresa es de B/. 14.56 por vaca, por lo tanto, al multiplicar este valor por los 24 días que se disminuyeron gracias al sistema, hay un total de B/. 349.44 por vaca al año. El número promedio de vacas en ordeño es de 424 vacas en consiguiente el valor total del impacto económico en la empresa es de B/.148,162.56 gracias a los collares.
Peter Janson, líder del proyecto, reconoció que el sistema de collares “Silent Herdsman”, así como los otros modelos en el mercado, no cuentan con suficientes estudios en sistemas pastoriles. Debido a lo anterior, la gran mayoría de estos sistemas de detección de celo automatizados son instalados a sistemas intensivos de estabulación o semiestabulación. “Para esto una vez instalado el sistema en Zaragoza Ganadera, S.A. se realizó una validación de este para determinar el nivel de sensibilidad de los collares y si la detección de celo iba acompañada realmente de un celo clínico o si adicional si las vacas detectadas en celo y servidas culminaron efectivamente en una preñez”, afirmó Janson.
Cuidados preventivos de los animales
Para el cuidado preventivo de la salud de sus animales, la finca maneja un programa de aborto y muerte perinatal de becerros, que incluye estrictos programas de vacunación para la prevención de enfermedades reproductivas que impactan sanitariamente sobre estos indicadores. La finca lechera, además cuenta con un plan nutricional apropiado y constante capacitación del personal para manejar los animales durante el proceso de gestación y al momento del parto. De igual manera durante la cría y recría de las terneras y novillas se llevan programas sanitarios, nutricionales y de manejo que buscan disminuir al máximo la tasa de mortalidad.
En el caso de las vacas que se mantienen en producción de leche, es decir, en reproducción las mismas son descartadas hasta su séptima lactancia; además de que el máximo de tiempo que las vacas se mantienen en producción es de siete meses de preñez. “Esto debido a que estas requieren un periodo de dos meses para que la glándula mamaria se prepare para otra lactancia de forma eficiente”.