El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, confirmó el viernes que su país había efectuado un primer ensayo del sistema ruso de defensa S-400 y rechazó las criticas estadounidenses al respecto.
“Es cierto que se efectuaron estos ensayos y van a continuar”, afirmó el jefe del Estado turco a periodistas en Estambul. “No vamos a pedir la opinión de Estados Unidos sobre esto”, añadió en respuesta a las críticas de Washington.
Medios turcos habían afirmado que Turquía efectuó el 16 de octubre el primer ensayo de los S-400, cuya compra había provocado el enfado de Estados Unidos y otros aliados de Turquía dentro de la OTAN.
Esta prueba no había sido confirmada oficialmente hasta ahora.
“Grecia [igualmente miembro de la OTAN] posee S-300 y los utiliza. ¿Estados Unidos dice algo sobre esto? No”, continuó Erdogan. “El hecho de que poseamos armas rusas molesta a estos señores pero estamos decididos a continuar utilizándolas”, agregó.
Según los medios, el disparo de prueba del sistema S-400 tuvo lugar en la provincia de Sinop (norte).
“De confirmarse, condenaríamos en los términos más fuertes el disparo de prueba del S-400, incompatible con las responsabilidades de Turquía como aliado en el seno de la OTAN y socio estratégico de Estados Unidos”, había reaccionado la portavoz de la diplomacia estadounidense Morgan Ortagus.
“Estados Unidos dejó claro que no quiere que el sistema S-400 entre en funcionamiento. Y hemos advertido claramente sobre las consecuencias potencialmente graves para nuestras relaciones en materia de seguridad si Turquía activaba el sistema”, añadió en una declaración transmitida a la AFP.
La adquisición por parte de Ankara de los S-400, en un contexto de acercamiento entre Turquía y Rusia, provocó desavenencias con varios países occidentales que destacan la incompatibilidad de estos sistemas rusos con los dispositivos de la OTAN.
Estados Unidos ya amenazó a Ankara con sanciones si activaba los S-400. Pero pese a las repetidas advertencias de Washington, Erdogan reiteró que el sistema sería desplegado.
Ankara justifica la compra de los misiles rusos afirmando que Estados Unidos rechazó venderle su sistema de defensa antiárea y antimisiles Patriot.