Francia encenderá este miércoles la televisión para asistir al único cara a cara entre los dos aspirantes a la presidencia, el centrista proeuropeo Emmanuel Macron, favorito, y la ultraderechista Marine Le Pen, ambos a la caza del voto de indecisos y abstencionistas.
La cita será la oportunidad de Macron y Le Pen de confrontar sus planes radicalmente antagónicos sobre economía, inmigración e integración europea, con los que pretenden enderezar una Francia en crisis frente a la globalización.
Después de diez días de una campaña despiadada, Macron sigue liderando cómodamente los sondeos, con alrededor del 60% de la intención de voto, pero ha perdido entre uno y cinco puntos desde la primera ronda, el 23 de abril.
Los dos aspirantes buscarán seducir a los indecisos y convencer a los abstencionistas de ir a votar el domingo. Según las encuestas, 20% de los franceses aún no han decidido su voto y 30% podrían abstenerse (un 10% más que en 2012).
“Estamos en una zona de peligro absoluto. No juguemos a la ruleta rusa con la democracia”, advirtió este miércoles la ministra socialista de la Educación, Najat Vallaud-Belkacem.
Cualquiera que sea el resultado, este debate marca un nuevo paso en la integración del ultraderechista Frente Nacional (FN) en la política francesa, con la primera participación de un candidato de esta formación en este ritual francés de entre las dos vueltas.
En 2002, el candidato conservador Jacques Chirac se negó a enfrentarse en televisión a Jean-Marie Le Pen, el padre de la actual candidata y cofundador del FN, cuyp pase a la segunda vuelta provocó un verdadero sismo político.
Pero Macron, un joven político de 39 años que podría convertirse el 7 de mayo en el presidente más joven de la historia de Francia, aceptó el duelo televisivo. “No debatir con su enemigo sería un error”, dijo.
Frente a una candidata que no tiene nada que perder, este exbanquero que se somete por primera vez al veredicto de las urnas librará un combate “cuerpo a cuerpo” con su contrincante para demostrar que su programa es “peligroso” para Francia.
Según su equipo, Macron tratará de demostrar “la fragilidad” del programa de la líder ultraderechista, sobre todo en cuanto a su política económica proteccionista y su promesa de abandonar el euro, aunque en los últimos días ya no aparece como una de las prioridades de Le Pen.
“La mejor estrategia para Macron sería centrar el debate al máximo en torno a los temas europeos, sobre todo la moneda”, dijo a la AFP el analista político Philippe Braud. “Es el tema que más preocupa, especialmente a los pequeños comerciantes y a las empresas”, agregó.
– Le Pen prepara ‘algunos golpes’ –
Le Pen, que ha desplegado todas sus fuerzas en la campaña entre las dos vueltas, “está afinando sus argumentos”, señaló un responsable del FN. “Está preparando algunos golpes”, agregó.
Como lo ha hecho a lo largo de la campaña, la líder antiinmigración intentará presentar a su rival como el heredero del impopular presidente socialista François Hollande, de quien Macron fue ministro de Economía durante dos años (2014-2016).
“Un quinquenio Macron sería un segundo quinquenio de Hollande, pero peor”, escribió el martes la candidata en un texto publicado en su blog.
“Si se encuentra en una posición difícil [en el debate], puede pedirle a François Hollande que venga a tomarle de la mano, no me quejaré”, escribió Le Pen en Twitter el martes, en un mensaje que marcó el tono.
Le Pen, una oradora eficaz que, con 48 años, tiene más experiencia política que su rival, se presenta como la “defensora del pueblo” frente a la “oligarquía”, que según ella encarna Macron.
Después del debate, los dos aspirantes retomarán su campaña y celebrarán un último mitin antes del cierre oficial de la campaña el viernes a medianoche.