Estos trabajadores panameños dicen que no quieren ser mirados solo como héroes, sino ser tratados con respeto, justicia y equidad.
Este miércoles 18 de noviembre de 2020, en conferencia de prensa, la Asociación Nacional de Enfermeras de Panamá (ANEP), pidió al presidente Laurentino Cortizo, realizar las gestiones necesarias, con el Ministerio de Salud, la Caja de Seguro Social y el Ministerio de Economía y Finanzas, a fin de disponer de los fondos necesarios para el cumplimiento de las condiciones laborales y pagos adeudados.
El gremio que aglutina a más de 6,500 trabajadores tanto en el ramo público como en el privado, afirmó que “las enfermeras y enfermeros de este país están cansados de esperar a que se cumplan las promesas de las autoridades, relacionadas a su estabilidad laboral y a la retribución económica justa conforme a los acuerdos pactados por las autoridades de salud y el gremio”.
La organización recordó las palabras textuales del vicepresidente de la República, José Gabriel Carrizo, cuando el pasado 25 de agosto, les dijo en la Presidencia de la República que “en este gobierno, todos los acuerdos pactados se cumplen”. Sin embargo, el acotaron que siguen esperando.
De acuerdo con el gremio, las enfermeras de nuevo ingreso están siendo contratadas mediante la figura de contrato por servicios profesionales de carácter eventual, por tres o seis meses, sin derecho a cambios de categoría, ni a cualesquiera otras prestaciones que señalan sus normativas. “Trabajan en incertidumbre constante, al desconocer si se les prorroga o no el contrato”, manifestó.
Además, aseguró, “quienes deben cuidar a los cuidadores no asumen su rol, muy al contrario, explotan las necesidades de trabajo de aquellas enfermeras y enfermeros vulnerables, que están deseosos de insertarse en el mercado laboral para contribuir económicamente con los gastos de sus hogares y la manutención de su familia”.
Puntualizó que este grupo de la fuerza laboral que está en la primera línea de atención a los pacientes con Covid-19, en la red de atención primaria, hospitalaria y cualesquiera otras instalaciones de salud, “está siendo duramente golpeado y sufriendo la inclemencia de quienes gobiernan y deben ser garantes de cumplir las normas laborales, entre ellas la remuneración oportuna”.
“Estos contratos violentan el contenido de la Ley 1 de 1954, que les da estabilidad laboral a las enfermeras; varias de ellas han sido víctima de la enfermedad, pero, al recuperarse, continúan cumpliendo su compromiso de trabajo, aun cuando tienen varias quincenas sin cobrar sus salarios”, señaló ANEP.
“Al igual que el resto de los profesionales de salud, nuestros acuerdos reconocen las competencias especializadas de las enfermeras, según el nivel académico logrado, sin embargo, tampoco se les ha hecho justicia para que sean reclasificadas en la escala respectiva. No estamos haciendo reclamaciones para que se nos aumente el salario, muy al contrario, exigimos que las autoridades cumplan las normas laborales a que tenemos derecho las enfermeras y enfermeros de este país, se nos pague el dinero adeudado y se nos reclasifique en la escala correspondiente”, destacó el gremio.
La organización reconoció el esfuerzo del gobierno por cubrir las necesidades de la población, pero, afirmó que “no puede ser parte de la solución económica del Estado congelar los cambios de categoría de las enfermeras, no realizar los concursos de oposición en enfermería, tanto en la Caja de Seguro Social como en el Ministerio de Salud, lo que limita las oportunidades de crecimiento profesional e impide el ascenso en los niveles propios de la estructura de enfermería”.
La enfermeras hacen un llamado a las autoridades de salud para que no se descuide la atención de las otras enfermedades crónicas existentes en nuestro país y escuchar el clamor de los pacientes afectados por enfermedades como diabetes, hipertensión, problemas renales, cardiopatías y salud mental entre otras.
En ese sentido, acotó que urge, tomar decisiones y adoptar estrategias para asegurar y mejorar las coberturas de atención al pueblo panameño.
“Como seres humanos, nos sentimos vulnerables, con incertidumbre y temor al enemigo invisible que nos acecha en nuestro diario quehacer; sin embargo, hicimos un juramento y debemos cumplir este servicio con amor y responsabilidad. Somos héroes de carne y hueso, que sentimos la intensidad de la discriminación y la apatía de quienes prometieron respetar nuestras normativas e infundieron en nosotros sentimientos plenos de esperanza en un mejor mañana”, agregó.