Este último esfuerzo fue acordado por el primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta de la Comisión Europea.
Los negociadores de la Unión Europea (UE) y el Reino Unido llegaron el domingo a Bruselas para dos días de conversaciones, consideradas un último esfuerzo para tratar de alcanzar un acuerdo comercial posbrexit y evitar un divorcio abrupto, con graves consecuencias económicas.
“Vamos a trabajar muy duro para llegar a un acuerdo”, prometió el jefe negociador británico David Frost a su llegada a la capital belga, donde reanudará las conversaciones que se interrumpieron el viernes después de una semana infructuosa en Londres.
“Vamos a ver si podemos avanzar”, advirtió el sábado por la noche el europeo Michel Barnier en un tuit, expresando su cautela sobre el resultado de esta nueva ronda de conversaciones.
Este último esfuerzo fue acordado por el primer ministro británico, Boris Johnson, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en una conversación telefónica el sábado.
Ambos líderes emitieron un comunicado conjunto en el cual señalan que aunque reconocen la persistencia de “diferencias importantes”, acordaron que sus equipos de negociación “deberían realizar un esfuerzo adicional para evaluar si se pueden resolver”.
Von der Leyen y Johnson volverán a conversar por teléfono en la tarde del lunes y luego los 27 líderes de la UE se reunirán en Bruselas el jueves para una cumbre de dos días prevista para abordar su presupuesto, pero que una vez más se verá nublada por las preocupaciones del Brexit.
“Probablemente estamos en los últimos días en términos de ser capaces de decidir si puede haber un acuerdo”, estimó el domingo George Eustice, el ministro británico de Medio Ambiente, en declaraciones a la BBC.
– “Cualquier cosa es posible” –
El Reino Unido abandonó formalmente la UE en enero pasado, casi cuatro años después de que los británicos lo decidieran en un referéndum que dividió al país en dos.
Los equipos conducidos por Barnier y Frost mantienen ahora una desesperada carrera contra el reloj para hallar un acuerdo sobre la futura relación comercial, pues el Reino Unido abandonará el mercado único y la unión aduanera el 1 de enero de 2021, al finalizar el periodo de transición.
Las negociaciones están empantanadas por diferencias en tres temas: derechos pesqueros, competencia y ayudas estatales, y gestión legal del eventual acuerdo sobre su relación posbrexit, en particular el mecanismo de solución de controversias.
“Cualquier cosa es posible. Los tres temas abiertos están vinculados por la intención de Gran Bretaña de mantener la soberanía como una prioridad”, dijo a AFP una fuente cercana a las conversaciones.
Si no se llega a un acuerdo, las relaciones comerciales entre la UE y el Reino Unido estarán regidas desde el 1 de enero por las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC), sinónimo de aranceles y cuotas, lo que hace correr el riesgo de un nuevo golpe económico que se añadiría al ya provocado por la pandemia del coronavirus.
Alemania, que actualmente ocupa la Presidencia de la UE, ha acogido con satisfacción la continuación de los debates, recordando que no aceptaría un acuerdo “a cualquier precio”.
Un compromiso destinado a tranquilizar a los europeos, en momentos en que esta semana surgieron tensiones entre los 27, pues algunos temen que la UE, empujada por Berlín, conceda concesiones importantes para evitar un “no acuerdo”.
“La apuesta británica de una división de la Unión ha fracasado”, afirmó el secretario de Estado francés para los Asuntos Europeos, Clément Beaune, en una entrevista con el Journal du Dimanche.
– Amenaza de veto –
El viernes, Francia amenazó con vetar cualquier acuerdo que no cumpla con sus demandas de garantizar el comercio justo y el acceso a las aguas pesqueras del Reino Unido, donde han exigido un acuerdo duradero, mientras que Gran Bretaña quiere renegociaciones frecuentes.
Bélgica, Holanda, España y Dinamarca comparten la preocupación de París de que la parte de la UE podría ceder demasiado en las reglas para mantener la competencia.
Solo quedan unos días para alcanzar un acuerdo, mientras se avecina la cumbre de líderes de la UE el jueves y el Parlamento Europeo insiste repetidamente en que necesita tiempo para evaluar y ratificar cualquier compromiso.