Las acusaciones infundadas de fraude electoral que el mandatario ha lanzado podrían desalentar a algunos electores a votar, un riesgo para los republicanos en lo que promete ser una elección muy reñida.
Sentado en su banco de trabajo en la parte trasera de la tienda donde repara artículos de cuero y vende sombreros de vaquero y banderas confederadas, Paul Coffey dice creer firmemente que Donald Trump ganó en el estado de Georgia, a pesar del resultado oficial.
Pero incluso si cree que ha habido fraude, este excontrolador de tráfico aéreo no duda, como muchos republicanos en Dalton, -donde esperan por la noche al presidente estadounidense para un gran mitin-, de que votará por su partido en la decisiva doble elección al Senado del martes.
Trump “ganó en Georgia si se hubiese hecho legalmente… Creo que mucha gente vino de otros lugares para votar en Georgia”, dice Coffey, de 84 años a AFP.
Pero “es importante votar” por los senadores republicanos, insiste.
“Tienes que intentarlo”, dice Cammie Slaughter, una ama de casa de 38 años a la que le gusta venir a ayudar a Paul Coffey en su tienda de la calle principal de Dalton, una ciudad pequeña y limpia.
Ella también ya votó por los republicanos, explica mientras perfora correas de cuero. Situada en la zona rural del noroeste de Georgia, la región es un bastión conservador.
Para Coffey y Slaughter, lo que está en juego es demasiado alto: el control del Senado de Estados Unidos y con él, el equilibrio de poder en Washington una vez que el demócrata Joe Biden suceda a Donald Trump el 20 de enero.
Dos senadores republicanos se jugarán sus escaños el martes: Kelly Loeffler y David Perdue. Los demócratas Raphael Warnock y Jon Ossoff esperan vencerlos y así inclinar al Senado hacia su partido.
Joe Biden y Donald Trump vinieron personalmente a Georgia el lunes para hacer campaña para movilizar a sus electores.
Las acusaciones infundadas de fraude electoral que el mandatario ha lanzado podrían desalentar a algunos electores a votar, un riesgo para los republicanos en lo que promete ser una elección muy reñida.
“He escuchado mucho esto y animo a la gente a ir allí, es muy importante” votar incluso en caso de fraude, porque podría permitir “revelarlo después”, explica Connie Stephen, que vino con su familia a escuchar a Kelly Loeffler en el pequeño pueblo de Cartersville, a una hora al sur de Dalton en su camino hacia Atlanta, la capital estatal.
– Trump “ganó” –
“Vine aquí para apoyar al Partido Republicano por todo el fraude electoral… y para mantener a los demócratas fuera” del Senado, dice la sonriente mujer de 53 años.
Ella votará en persona el martes. No hay forma de que confíe en el sistema de votación anticipada.
Las autoridades republicanas en Georgia publicaron los resultados dándole la victoria a Joe Biden el 3 de noviembre. Estas papeletas fueron contadas, recontadas, y las apelaciones del bando Trump fueron desestimadas una por una por los tribunales.
Pero para muchos partidarios de Trump, no hay duda de que son estos funcionarios republicanos los que son “corruptos”, dice Kimberly Hauri, que vino a Dalton desde Atlanta para ver al mandatario.
“El fraude es evidente, hay torrentes de indicios”, dice al acercarse al pequeño aeropuerto donde se celebrará el mitin, posiblemente la última de la presidencia de Trump. “Y son los dirigentes corruptos de Georgia los que están en el origen del problema”.
Ella también está convencida de que Donald Trump ganó las elecciones de Georgia y las presidenciales. Pero a pesar del riesgo de “fraude”, votará de nuevo el martes, como lo ha hecho cada vez desde que cumplió 18 años.
“Porque creo en la libertad, y no creo en el socialismo”, dice la contable de 50 años con una insignia plateada de Trump en su suéter.
¿Y cómo se siente acerca de que el magnate inmobiliario deje la Casa Blanca el 20 de enero? “No creo que deba. Él ganó.”