Los asesinatos ocurrieron en regiones “desprotegidas por el Estado”, las advertencias de amenazas no fueron investigadas y los crímenes están impunes.
En Colombia la violencia contra los periodistas aumentó desde la firma de la paz con la exguerrilla FARC en 2016, reveló este martes un informe de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP).
La ONG indicó que las amenazas, homicidios, desplazamientos y el exilio se han agudizado “de manera significativa” en los últimos cuatro años, con un total de 1.013 agresiones contra periodistas.
En ese lapso ocho de ellos fueron asesinados, de acuerdo a la FLIP.
Las principales vulneraciones a la libertad de prensa en 2020 fueron las amenazas (152 casos frente a 90 en 2016), la obstrucción al trabajo periodístico (44 frente a 38), las agresiones físicas (30 frente a 36) y la estigmatización (19 frente a 17).
En Colombia los periodistas Abelardo Liz y Felipe Guevara fueron asesinados en 2020, ubicando al país como el tercero más peligroso para la prensa en América, después de México (ocho homicidios) y Honduras (tres), según el estudio “Páginas para la libertad de expresión”.
La ONG, que difundió la publicación con motivo del Día del Periodista en Colombia, hizo notar que “las víctimas eran reporteros de medios indígenas o comunitarios, sobre quienes pesa un peligroso estigma”.
Los asesinatos ocurrieron en regiones “desprotegidas por el Estado”, las advertencias de amenazas no fueron investigadas y los crímenes están impunes.
Flagelada por un conflicto armado de más de medio siglo, Colombia creía haber pasado la página de la violencia con el desarme de la que fuera la guerrilla más poderosa del continente.
Pero un nuevo ciclo de masacres, asesinatos selectivos y explosión del narcotráfico envuelve al país.
La principal ONG de defensa de los periodistas en Colombia registró un incremento del 10% en las amenazas a comunicadores en 2020 con respecto al año anterior y expresó “mayor preocupación” teniendo en cuenta que la pandemia impuso medidas de confinamiento en todo el país.
Las agresiones provienen de funcionarios públicos, particulares, miembros de la fuerza pública, bandas criminales, paramilitares y guerrilla, y otros autores que no han sido identificados.
La FLIP llamó la atención especialmente sobre la “capacidad de intimidación” del Estado colombiano sobre los periodistas.
“Una alarmante operación de espionaje (a reporteros), el abuso de la fuerza policial contra la prensa durante las manifestaciones y la actitud displicente y estigmatizante por parte de funcionarios de más alto nivel se suceden con tal flagrancia y reiteración que es imposible no asumirlo como un mensaje en el que la prensa se entiende como oposición”, indicó Jonathan Bock, director de la FLIP.
La ONG ha registrado 162 homicidios asociados al ejercicio de la labor periodística desde 1938, de los cuales cerca del 80% están impunes.