El Estado se reserva el monopolio de la producción audiovisual y cinematográfica, los programas de televisión, la programación cultural en general y la actividad inmobiliaria.
La amplia apertura en el sector privado de la economía cubana anunciada el sábado pasado excluye 124 actividades que quedarán reservadas al Estado como la salud, la educación y la prensa, informó el miércoles el Ministerio del Trabajo.
La reforma, que representa un importante paso en este país donde el Estado y sus empresas dominan el 85% de la economía, busca impulsar el crecimiento del empleo luego de una caída del PIB del 11% en 2020.
La apertura en el sector privado inició de manera tímida en la década de 1990 antes de ser plenamente autorizada en 2010, aunque su verdadero auge ocurrió con el histórico acercamiento diplomático entre Cuba y Estados Unidos a finales de 2014, durante el gobierno de Barack Obama.
Pero en ese momento la apertura se limitó a una lista de 127 actividades que fueron establecidas por el Estado.
Ahora esa lista se amplió a unas 2.100 y las actividades reservadas al Estado se redujeron a 124, que el gobierno no había, sin embargo, detallado.
Entre esas actividades, el ministerio fijó el miércoles los sectores estratégicos como la administración pública, la defensa, el mantenimiento del orden, la educación (excepto ciertas materias como los idiomas y la música), la medicina y el periodismo.
También quedarán excluidos del sector privado la extracción de petróleo, carbón y minerales, la impresión de periódicos y libros, la fabricación de armas, la fabricación y distribución de gas y electricidad y la venta de vehículos.
Además, el Estado se reserva el monopolio de la producción audiovisual y cinematográfica, los programas de televisión, la programación cultural en general y la actividad inmobiliaria.
Lo mismo ocurre con la profesión de arquitecto, la investigación científica, el agente de viajes, el empleado de servicios funerales o el agente de seguridad.
Unos 600.000 cubanos trabajan actualmente en el sector privado, lo que representa el 13% de la población activa en el país de 11,2 millones de habitantes.
Las personas que trabajan por su cuenta se emplean principalmente en la gastronomía, el transporte (taxis) y el alquiler de habitaciones a los turistas.