Aunque haya más mujeres que asciendan y algunas empresas permitan una mayor flexibilidad a las madres trabajadoras, las finanzas siguen siendo un ámbito profesional difícil y el progreso es más lento de lo que muchas mujeres desearían.
Las mujeres del sector financiero estadounidense aplauden las señales de progreso en gigantes financieros como Citigroup, que se convirtió en el primer gran banco de Wall Street en nombrar a una mujer como directora ejecutiva.
Aun así, aunque haya más mujeres que asciendan y algunas empresas permitan una mayor flexibilidad a las madres trabajadoras, las finanzas siguen siendo un ámbito profesional difícil y el progreso es más lento de lo que muchas mujeres desearían.
– “Nunca ha sido fácil” –
De pequeña, Hermina Batson siempre sentía curiosidad cuando veía intercambios de dinero.
“Cuando mis padres pagaban por cosas, siempre me preguntaba por qué nunca nos devolvían el mismo billete”, dijo Batson a la AFP. “Quería saber qué pasaba”.
La madre de Baston la llevó a visitar el Banco de la Reserva Federal de Nueva York cuando tenía seis años.
Desde entonces, quedó fascinada por las finanzas, a pesar de saber que, como afroamericana, la carrera “nunca ha sido fácil”.
“Nunca me sentí rechazada. Quizá me sentí incómoda”, asegura.
A lo largo de su carrera, cuando comenzaba alguna reunión, altos directivos o clientes a veces llegaron a entregar su abrigo a Batson. Con el tiempo, aprendió a devolver el gesto.
Después de la secundaria, Batson -quien se hace llamar Nina- inmediatamente comenzó a trabajar para un banco. Después de estudiar titulización en la universidad, ascendió a puestos directivos y, finalmente, pasó 25 años en el banco japonés MFUG.
“Aunque actualmente estoy en transición, tengo muchas ganas de quedarme en la industria financiera”, dijo.
Batson asumirá el cargo de presidenta de la Asociación de Mujeres Financieras en julio. El grupo se estableció en 1956 después de que sus fundadoras fueran rechazadas de un club de hombres para compartir experiencias profesionales y ampliar sus conocimientos.
Batson aplaudió que Citigroup eligiera a Jane Fraser como la primera directora ejecutiva de un gran banco de Wall Street.
“Para una mujer, o cualquier persona que esté subrepresentada, poder mirar a alguien que se parece a ellos (ocupando altos cargos), o que tiene una educación similar, es muy, muy importante”, dijo.
La transparencia ha mejorado siguiendo las regulaciones bancarias de Estados Unidos, que requieren datos sobre la diversidad de los empleados, pero “todavía no llegamos” a la meta, dijo.
La brecha salarial en especial sigue siendo demasiado grande, agregó Batson.
– Se necesita una “red fuerte” –
Anna Zhou, de 22 años, estaba indecisa sobre su carrera profesional cuando empezó en la Universidad de Yale en 2016, tras ser reclutada para el equipo de esgrima.
Comenzó a explorar las finanzas después de que una de sus amigas le pusiera en contacto con Girls who Invest (Chicas que invierten), una asociación cuya misión es impulsar a mujeres en la gestión de carteras y el liderazgo ejecutivo en la gestión de activos.
La organización ayudó a Zhou a conseguir una pasantía de verano en Wellington Management, en Boston.
Ahí, encontró el apoyo de mujeres en diferentes niveles de la empresa. Mantener el contacto ayudó a Zhou a conseguir un trabajo en Wellington después de graduarse.
Zhou ve signos de progreso en la diversidad en las finanzas, pero dice que hay “margen de mejora”.
“Desde mi primer año en Yale, han surgido más oportunidades para que las mujeres entren en las finanzas”, dijo. “A través de mi participación en Girls who Invest, he experimentado y estoy promoviendo actualmente la importancia de una red fuerte para las mujeres en la industria de las finanzas”.
La ayuda de colegas más veteranas ha sido crucial, dijo, y añadió: “Tengo una visión clara de mi camino profesional a futuro”.
– Empleo de medio tiempo –
“Antes de que fuera popular, S&P me dio la oportunidad de trabajar medio tiempo cuando empecé a tener familia, en 1993”, recuerda Robin Prunty.
Esta mujer de 57 años, que lleva en S&P Global Ratings desde 1987, había previsto originalmente trabajar el horario reducido durante seis meses, pero acabó trabajando a tiempo parcial durante 17 años.
“Realmente aprecié esa flexibilidad, y creo que realmente marcó una gran diferencia para otras mujeres que entraron en la organización después de mí”, dijo. “Eso fue un factor importante en mi decisión de quedarme en S&P”.
Prunty siguió ganando experiencia trabajando a tiempo parcial aunque su carrera no avanzara tan rápido como podría haberlo hecho.
“Cuando volví a trabajar a tiempo completo y estaba lista para asumir responsabilidades de gestión, me apoyaron plenamente”, dijo Prunty, que actualmente gestiona el área de análisis e investigación sobre finanzas públicas estadounidenses.
Prunty aplaude que en los últimos años se haya prestado más atención a la diversidad en todo el sector, pero añade: “Creo que hay margen de mejora”.