Yellen liderará las negociaciones para ganar el apoyo del Congreso al plan de rescate económico de 1,9 billones de dólares propuesto por Biden, incluido el aumento del salario mínimo federal a 15 dólares la hora.
Con Janet Yellen como la primera mujer en dirigir el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el presidente Joe Biden eligió a una economista progresista centrada en el desempleo, que apoya el estímulo fiscal y la lucha contra el cambio climático.
Yellen, de 74 años, prestó juramento el martes ante la primera mujer vicepresidenta del país, Kamala Harris, en una ceremonia en la Casa Blanca con el edificio del Tesoro de fondo. Un día antes, el Senado había aprobado por abrumadora mayoría (84-15) su nominación.
“¡Felicitaciones, señora secretaria!”, “¡Gracias, señora vicepresidenta”, se dijeron, sonriendo, los dos funcionarias.
Yellen ya hizo historia cuando se convirtió en la primera mujer presidenta de la Reserva Federal (Fed), el banco central más poderoso del mundo, en 2014. Antes había sido la primera mujer en encabezar el Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, de 1997 a 1999.
Al tomar el timón del Tesoro, Yellen se pone en el centro de la actual tormenta económica de Estados Unidos, que ha experimentado una caída récord en el crecimiento anualizado y decenas de millones de despidos mientras lidia con el brote de coronavirus más grande del mundo.
Yellen liderará las negociaciones para ganar el apoyo del Congreso al plan de rescate económico de 1,9 billones de dólares propuesto por Biden, incluido el aumento del salario mínimo federal a 15 dólares la hora.
En una nota a los funcionarios del Tesoro, elogió su esfuerzo durante la crisis financiera mundial de 2008 y dijo que “ayudaron a salvar la economía de su peor crisis desde la Depresión”.
“Ahora tenemos que hacerlo de nuevo”, les dijo Yellen.
Si bien la crisis actual es muy diferente a la de 2008, “la escala es igual de grande, si no mayor”, ya que la pandemia ha causado una “devastación total en la economía”, escribió.
– Pasión por el trabajo –
Para Yellen, quien tuvo una larga carrera en múltiples puestos en la Fed, la economía es un asunto familiar: conoció a su esposo, el economista y premio Nobel George Akerlof, en la cafetería de la Fed, y su hijo también es profesor de Economía.
Su experiencia académica y de servicio público la distingue de muchos exsecretarios del Tesoro, incluido su predecesor Steven Mnuchin, quien pasó años como banquero de inversiones y productor de cine.
El conocimiento de Yellen del mercado laboral en un momento en que la pandemia ha duplicado el desempleo al 6,7%, junto con el respeto que los legisladores le tienen por sus esfuerzos en la Fed después de la crisis financiera mundial de 2008-2010, son vistos como sus grandes activos.
Dijo que la economía se puede usar en el mundo real “para abordar la desigualdad, el racismo y el cambio climático”, y ha ido más allá de Biden al pedir un impuesto al carbono para combatir el calentamiento global.
– Choques con Trump –
Como presidenta de la Fed de 2014 a 2018, Yellen chocó con el presidente Donald Trump, quien asumió en 2017, por discrepancias sobre los niveles de las tasas de interés, al punto tal que el mandatario terminó sacándola de su puesto y la convirtió en uno de los pocos titulares del banco central estadounidense que no permanece en el cargo para un segundo mandato.
Yellen trabajó durante años con el actual presidente de la Fed, Jerome Powell, cuyo mandato finaliza en 2022.
Hija de un médico judío, Yellen, que todavía habla con el acento de su Brooklyn natal, obtuvo un doctorado en economía de la Universidad de Yale.
Cumplió múltiples funciones en la Fed, donde pasó un tercio de su carrera, primero como investigadora económica y luego en puestos más altos.
Yellen también fue asesora económica del expresidente Bill Clinton entre 1997 y 1999, enseñó en la Universidad de California, Berkeley y dirigió el Banco de la Reserva Federal de San Francisco.
En 2010, se convirtió en vicepresidenta de la Fed bajo Ben Bernanke, supervisando el gran plan de apoyo monetario para ayudar a la economía estadounidense a salir de la crisis financiera mundial de 2008.
Cuando lo sucedido cuatro años después, la revista Forbes la calificó como la segunda mujer más poderosa del mundo, detrás de la canciller alemana Angela Merkel.
Afable y de estatura pequeña, con el rostro enmarcado por un casco de pelo blanco y su característico “cuello levantado”, Yellen nunca perdió la compostura ante los ataques de los legisladores republicanos.
Al principio del mandato de Trump, no dudó en advertir sobre los riesgos que tendrían sobre el déficit fiscal recortes de impuestos como los que proponía el mandatario.
Con el déficit de Estados Unidos en aumento impulsado por la pandemia, ese será un problema que deberá enfrentar nuevamente.